Soy Navidad... Y esta es mi historia

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Hace muchos años yo deambulaba por la zona Sur de la ciudad en busca de un poco de comida, la gente es cruel a veces y nos lastiman sólo por tratar de conseguir algún pequeño bocado para saciar el hambre, fue así que me convertí en una pequeña temerosa y desconfiada ante las personas.

Un día pasaba una familia por el lugar donde me encontraba y ya tenía la costumbre de ladrar a los desconocidos, los asusté e intenté morderlos pensé que me lastimarían como la mayoría intentaba, pero no me hicieron nada, eso me pareció extraño, es raro encontrar humanos buenos así que decidí seguirlos, tuve un buen

presentimiento.

Intentaron despistarme para que me quede en el lugar que me vieron, pero fui insistente y yo los seguí a ellos hasta su casa.

DOMICILIO

Ellos estaban en plena mudanza de domicilio, pero aun así no me negaron cobijo y comida por mi estado y de inmediato di a luz a nueve hermosos regalitos y no tuvieron corazón para abandonarme así que me llevaron a mí y a mis pequeños con ellos a su nueva casa.

Sin darme cuenta el tiempo pasó muy rápido y ya era parte de la familia, así que sólo consiguieron hogares confiables para mis hijitos y yo me quedé con ellos, ¡al fin supe lo que es tener una familia!

Tuve que acostumbrarme a ver peluditos nuevos cada vez en casa, ya que son personas de buen corazón que siempre ayudan a los animales desamparados, los llevan a casa, los rehabilitan y les consiguen buenos hogares.

Tuve suerte de que se cruzaran en mi camino, porque yo fui parte importante del hogar, me gustaba correr a las palomas, jugar, saltar, aullar cuando pasaba el carro basurero, y les enseñaba muchos trucos a los demás animalitos que llegaban, incluso hasta que estuve casi cieguita por mi edad no perdí mi buen humor y mi alegría de vivir.

Fui tan feliz durante diez años con ellos, pero tristemente el pasado fin de semana mi corazoncito dejó de latir, partí tranquila porque tuve una vida plena y digna y sé que un día me reencontraré con toda mi familia, porque yo estoy en el puente del arco iris esperando por ellos, apartándoles un buen lugar en primera fila para irnos juntos hasta el más allá a la vida eterna.

No lloren mí partida por favor, yo seguiré acompañándolos y guiándolos como una estrellita desde el cielo, la más brillante.

Gracias por todo, los amo mucho familia bella, fueron la bendición más grande de mi vida, aquí los estaré esperando, ¡hasta pronto! Atte. Navidad.

Fuente: LA PATRIA