Sábado 09 de octubre de 2021
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Los cambios producidos en el mundo debido al coronavirus que lo ha trastornado todo, han determinado que existe el temor en la sociedad que haya despreocupación y descuido en la colectividad por todo lo que importa su seguridad y tranquilidad; hay niños y jóvenes ajenos al diario vivir porque, para empezar, sus padres han visto transformadas sus vidas y la necesidad de sobrevivir los ha mantenido postrados en el descuido y hasta la desidia.
La vocación de atender y servir al bien común o sea la vida y tranquilidad de la población están ausentes en muchas actividades y los problemas tienden a agudizarse porque las complicaciones se sienten en el día a día. Hay negligencia en las autoridades para atender al pueblo; las urgencias de ayer se hacen casi resignación en el transcurrir del tiempo. Familias viven desunidas y contradiciendo sus virtudes y condiciones de vida; hay instituciones que se encuentran con problemas de difícil solución: en general bien se puede decir que los problemas han superado las condiciones de seguridad y la misma provisión de alimentos y artículos de primera necesidad se hace complicada. La delincuencia en muchos países ha adquirido suma gravedad y las autoridades se ven incompetentes para encarar con éxito la lucha contra el delito, especialmente en las grandes ciudades. En cada país, en cada pueblo es la población la que tendría que adoptar medidas que impidan males a las familias, especialmente a niños y ancianos que casi siempre se sienten desamparados. Las mujeres están expuestas a peligros que hasta hace diez años eran raros.
