Un lugar bonito en el preámbulo de la muerte

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No cabe duda que todas las personas en algún momento pensaron en la muerte y de por sí existe un temor, sin embargo, la muerte es parte del proceso de la vida. Nacemos, crecemos y morimos, ley divina. Pese a ello, hay temores que nos hacen pensar en ello, pero es más por desconocimiento.

Sin embargo, antes de llegar al destino final con un cuerpo inerte y frío, está un lugar que da esperanza y se convierte en un preámbulo, porque al deambular por allá, las penas se van por un instante al dejar de lado los pesares mundanos.

Es justamente en la antesala del Cementerio General de la ciudad de Oruro, que se encuentra la conocida Plaza del Cementerio, aunque su nombre original es Luis Mendizabal Santa Cruz, cuyo denominativo pertenece a uno de los prominentes poetas que tuvo la Alta Tierra de los Urus.

Volviendo al tema de la plaza, fue remozada, ubicada en las calles Velasco Galvarro entre Rengel y Tomás Frías, es un centro de concentración de dolientes, pero también de ocasionales visitantes, quienes deciden por algún motivo contemplar sin mira fija, el mundo que los rodea.

Un ángel está al centro, quien parecería dar paz por unos minutos, mientras se lo observa, después está el paisaje verdusco de la época primaveral, que le da color a la muerte y al dolor, un verde de esperanza que refleja una nueva oportunidad de vida.