La libertad de prensa bajo amenaza

De manera reciente hubo en Cochabamba una reunión en la que se habló de los peligros a los que se enfrentan los periodistas en la calle, justo unos días después, periodistas son agredidos y uno hasta fue arrestado por unas horas.

La Policía reconoció que hubo excesos de parte de los efectivos, pero el comandante pidió que los trabajadores de la prensa también pongan de su parte identificándose plenamente como periodistas. No obstante, en la reunión de Cochabamba, los periodistas que dieron su testimonio sobre los hechos de noviembre de 2019, señalaron que en ese tiempo los atacaban de ambos bandos, oficialistas y opositores, señalaron que tenían miedo de identificarse como periodistas porque los atacaban con más saña, al parecer en una pugna por tenerlos de su lado para que reflejen las cosas como a cada uno le convenía.

Un ejemplo de ellos es que en la gestión de 14 años del Movimiento Al Socialismo, MAS, desde el presidente hasta militantes, hablaban de un “cártel de la mentira”, desprestigiando y desvalorizando el trabajo de los medios independientes. Y sin ir lejos el actual Gobierno promovió las llamadas “listas del odio”, en las que figuraban periodistas a quienes el Estado restaba credibilidad por no publicar sólo su versión de los hechos.

Es cierto que en la dictadura militar los periodistas eran controlados y tenían que andar “con el testamento bajo el brazo”, pero no quiere decir que los peligros a los que se enfrentan los periodistas de ahora sean menos, también deben lidiar con violencia verbal, física y psicológica, que muchas veces viene de los ciudadanos a los que la prensa les da voz.

Además, se supone que estamos viviendo en democracia y no se puede comparar lo que ocurría en las dictaduras, no obstante, cuando ocurren atentados contra la prensa no se nota que exista libertad o democracia en el país.

Si se quiere que la democracia se imponga en Bolivia se debe garantizar la pluralidad de opiniones y pensamientos, además de permitir que los hechos se reflejen tal cual ocurren, pues cuando se hace cobertura de actos violentos, por lo general, los perpetradores intentan ocultar la verdad agrediendo a los periodistas e intentando o quitándoles sus implementos de trabajo, lo cual no sólo es un error, sino, es un delito.

Para que realmente haya respeto a la libertad de prensa y de esa manera se garantice la democracia, es necesario que desde las esferas gubernamentales se brinde seguridad a los periodistas y se brinde garantías para que puedan realizar un trabajo eficiente, siempre en defensa de la verdad, cueste lo que cueste.