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Domingo 19 de septiembre de 2021

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Revista Dominical

Evocación de José Enrique Viaña

19 sep 2021

Por: Gonzalo Molina Echeverría

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Este 16 de septiembre se cumplen 50 años del fallecimiento del poeta, novelista, periodista y educador José Enrique Viaña Rodríguez (JEV), ocasión para evocarlo en vida y obra.

Nació en Challapata (antigua provincia de Paria, hoy Avaroa, Oruro), el 17 de abril de 1898, falleció en Potosí el 16 de septiembre de 1971 (sus restos descansan en el Cementerio General de Potosí, en el Mausoleo del Periodista). Al concluir sus estudios en el Colegio San Calixto de La Paz (1910-1915), ingresa en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Oruro, pero por razones familiares y económicas no concluye y se ve en la necesidad de abandonar sus estudios para trabajar.

A la edad de 20 años se incorpora como trabajador minero en el Ingenio Velarde de la Compañía Minera de Potosí (luego Compañía Minera Unificada del Cerro de Potosí), donde “se forjó en los socavones, en las plantas de flotación y en las canchaminas. Vivió junto a los hombres del subsuelo y llegó a ser el mejor intérprete amanecido de sus angustias y sus anhelos, y por eso Potosí dio el poeta revolucionario más humano y más nuestro”, desde peón, a moledor de muestras, luego ayudante de la sección fundición hasta alcanzar el puesto de jefe de lixiviación (etapa previa a la fundición, que consiste en separar los compuestos solubles de los insolubles). Luego de su participación en la Guerra del Chaco, en 1935 se reincorpora como “jefe de punta”, en el que permanece hasta 1937, cuando fue despedido de la empresa por los nuevos patrones (del neocolonialismo e imperialismo). Esta vivencia le permite conocer al poeta revolucionario de tendencia socialista, las penurias del trabajador de las minas, cuya temática se revela en su poesía de hondo contenido social, de denuncia e injusticia, que le indujo a Carlos Medinaceli señalar: “Tú no sólo que eres el único poeta de nuestra generación, cosa que ha comprobado el tiempo, sino el único, hablando en rigor crítico, que ha producido Potosí” (Carta personal, 1933).

Gran parte de su actividad la desarrolla en Potosí, donde participa activamente del movimiento cultural y artístico “Gesta Bárbara” (surgido en 1918), junto a otros intelectuales como Carlos Medinaceli, Gamaliel Churata (Arturo Peralta), Alberto Saavedra, Walter Dalence, Armando Alba, Daniel Zambrana, María Gutiérrez de Medinaceli. Gesta Bárbara dio impulso a una corriente generacional, “renovadora y progresista”, para difundirse a otras regiones del país con un espíritu rebelde y bohemio, como una gesta (algo trascendente y duradero, de grande acción, como una hazaña memorable, de influencia perdurable en generaciones posteriores) para despertar de ese estado adormecido, de barbarie en que se hallaban el arte de la poesía, la prosa, la música y la pintura, en el ambiente potosino. Como principal objetivo del grupo se señala “la firme y radical oposición al atraso y estancamiento cultural”; algo bárbaro, como “una hazaña audaz, inusitada, descomunal, monstruosa, heroica, desusada, temeraria, epopéyica en favor de la cultura”, en una cruzada cultural y lucha denodada e insurgente contra lo bárbaro (atrasado, conservador e inculto). De ahí que surge “Gesta Bárbara”, en oposición contestataria con lo antibárbaro.

Fruto de ese espíritu inquieto, JEV publica su primera obra de cuentos Jardín secreto (1919) y en poesía La Humilde Ventura (1923). Hizo periodismo como redactor y director. Redactor: La Raza (1925), El Día (1927-1930), El Sur (1931-1938), El Intransigente (Órgano de la Legión de Ex combatientes, 1935-1938), La Moneda (1947). Director: El Radical (1922-1932), La Montaña (1923-1925), Pukara (1939). Asistió a la Guerra del Chaco (1934-1935: Posiciones: Carandaiti, Capirenda, Campo Rocha, Laguna Lanza, Cañada Cochabamba, Cañada Nelly y Santa Fe), de cuya experiencia publica la obra poética Camino Soleado (En la paz y en la guerra) (1935).

Perteneció a diferentes organizaciones: Potosí Tennis Club, Club Internacional, Federación de Asociaciones Potosinas, Secretario General del grupo “Renovación”, Unión Nacional de Poetas, “Fuego de la poesía” (Agrupación Literaria de La Paz).

Fue profesor de literatura y castellano en el Liceo “Sucre” (1938), Colegio Nacional “Pichincha”, donde fue Director (1938-1956), Colegio “Juan Manuel Calero” (1942-), de Potosí, para concluir en el Colegio “Dávila” de La Paz (1968).

Catedrático de Castellano/Gramática y Redacción Comercial en la Facultad de Comercio (luego de Economía y Finanzas) de la Universidad Tomás Frías de Potosí; y escribe una serie de artículos en la revista Universidad, siendo parte del Comité de Redacción.

Fue Director de la División de Extensión Cultural/Departamento de Cultura-UTF, Potosí (1948-1953). Su vinculación con la Universidad le permite publicar una serie de ensayos en Cuadernos Universitarios: Valor social de “Fuente Ovejuna” (1942), Carlos Medinaceli, autor de “La Chascañawi” (1949), Ensayo de Interpretación Dialéctica de la Historia de Potosí (1950), Glosas a las páginas del Ingenioso Hidalgo Don Miguel de Cervantes Saavedra, con ocasión del IV Centenario de su nacimiento (1951). En novela publica Cuando vibraba la entraña de plata (Crónica novelada del siglo XVII) (1948), ambientada en los tiempos de los Vicuñas y Vascongados, de cuya valoración Hugo Molina Viaña (sobrino de JEV), pondera: “El Potosí gigante se levanta orgulloso de tan sólidos cimientos que le ha echado Don José Enrique Viaña. La maestría en el uso del lenguaje y el amplio dominio sobre el tema hacen que Viaña pinte la profunda filosofía de la vida colonial, con tanta espontaneidad, tanto en sus preocupaciones, como en sus hazañas y en sus andanzas, de aquí se desprende que esta obra es el fruto de una dedicación perenne y de un agudo espíritu que penetró en las manifestaciones sociales y psicológicas del siglo XVII”. (“Novela de José Enrique Viaña”. La Mañana. Oruro, 10.Oct.1949, p. 4 y 6).

Por su importancia esta novela figura en la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia-Vicepresidencia del Estado Plurinacional (Colección Letras y Artes, vol. 121), presentado públicamente en Potosí el 4 de abril de 2017. En la editorial Universitaria de Oruro, en 1953 publica Tres ensayos de interpretación. Con notas y comentarios de José Enrique Viaña sale a la luz El Testamento de Potosí (Romance anónimo) (1954), Lecciones de Literatura Boliviana es un texto didáctico para el Instituto Tecnológico de La Paz (1964), en 1968 publica su poesía En el Telar del Crepúsculo y en 1970 su última obra en poesía La sed inextinguible. De manera póstuma se publica su novela Ananké (1977), escrita entre los años 1967 y 1970, con los auspicios de la Universidad “Tomás Frías”, gracias al empeño de su compañera de vida, doña Aurora Valda Cortés de Viaña, con quien compartió intensa actividad educativa y cultural.

En agosto de 1919 participa de los Juegos Florales del Círculo de Bellas Artes de Potosí, de los Juegos Florales, Certamen Poético: Homenaje al Cuarto Centenario (sic) de la Fundación de Potosí, organizado por la Universidad “Tomás Frías” (22 abril 1950). JEV con el seudónimo de Tupac Amaru presentó el poema “Canto augural”, obteniendo el tercer premio y el Jazmín de Plata, y con “Transmutación”, el segundo accésit, con Jallpa Sonko.

Con motivo de la efemérides departamental potosina (noviembre de 1968), la Asociación de Residentes Potosinos en La Paz le confirió la distinción “Hijos Ilustres de Potosí”, junto a otras diez personalidades que cumplieron importante obra social, cultural y educativa al servicio del departamento y del país. En el 50 aniversario de “Gesta Bárbara”, la Alcaldía Municipal de Potosí los declaró “Hijos Ilustres de Potosí” mediante Ordenanza Municipal la Condecoración Departamental Orden “Cerro de Plata” (Potosí, 16 diciembre 1968). En 1970 es merecedor del Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura (con el poeta Octavio Campero Echazú).

Tiene publicados varios artículos, ensayos, conferencias, poesía y cuentos dispersos en revistas y periódicos (Potosí, Oruro y La Paz), asimismo trabajos en monografías y figura en antologías.

Uno de sus poemas de Camino soleado, dice al referirse a su entrañable Potosí: “En medio a las montañas, ingentes y sañudas, / cuya apretada mole hasta el confín se extiende, / como un nidal de águilas, la mirada sorprende / una ciudad prendida de las rocas desnudas. /.../ Así por estas tierras llegaron los de España, / su Dios nos impusieron a golpes de tizona / y se adentraron fieros en la recia montaña / confiados en el cielo que todo lo perdona... /.../ ¡Han pasado los años veloces sobre el nido, / y el águila de España perdióse en el olvido...!”.

Lamentando no poder asistir al Congreso de Poetas reunidos en Sucre, desde La Paz (20 de junio de 1967) Viaña les dirige un mensaje: “Hemos de convenir que la Poesía, como la de Dios mismo nadie ha alcanzado ni alcanzará jamás, debe ser brindada a los demás con el ademán sencillo y la palabra clara, como se ofrece al sediento un vaso de agua, sin ocultarla en el oropel de enigmáticas metáforas y, sí mas bien, vistiéndola con el color y la armonía de los vigorosos vocablos castellanos rejuvenecidos por la savia que corre por las venas de la estirpe americana, y si del verso se trata -que la Poesía puede albergarse en la prosa o el verso- désele la gracia, el ritmo y la eufonía que son sus mejores atributos” (“Un Mensaje inolvidable”. Revista de Última Hora, 2.Ago.1977, p. 4).

Como homenaje a su labor educativa y memoria, en 11 de marzo de 1972 en la ciudad de Potosí, se funda la Escuela Fiscal Mixta “José Enrique Viaña”. Y en agosto de 1974, en Potosí, se organiza el “Centro Cultural José Enrique Viaña”.

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