Los proyectos pendientes de Oruro

Desde la Gobernación se informó que existen algo más de 75 proyectos paralizados, aunque no se indicó cuáles son, sin embargo, están en todo el departamento y el gobernador se comprometió a conseguir el financiamiento necesario para ponerlos en marcha nuevamente.

Para financiar los proyectos se recurrirá a un fideicomiso del gobierno central y la contraparte de los gobiernos municipales, pero los que necesitan financiamiento, de modo general, son los de alcantarillado, enlosetado, caminos, perforaciones de pozos y otros.

También quedaron pendientes proyectos grandes como el Puerto Seco, el Centro Internacional de la Quinua, la fábrica de Cemento de Caracollo, entre otros que servirían para impulsar el desarrollo del departamento y mejorar la economía, que entró en crisis por la pandemia del coronavirus.

Ése es sólo un ejemplo de lo que puede ocurrir si no se cuida el financiamiento. Otra situación que debe primar es el desembolso de los recursos, ya que en el pasado, la Gobernación denunciaba incumplimiento por parte de la empresa contratada para realizar determinada obra, pero la empresa denunciaba a su vez que no se habría hecho el desembolso correspondiente, por lo que las obras quedaban inconclusas y muchas veces el financiamiento inclusive fue revertido.

Asimismo, existen obras como el asfaltado, adoquinado, perforación de pozos y otros, pero también son necesarias otras que quizás no están contempladas entre las 75 o más que quedaron inconclusas, como la industrialización del campo, los atrapadores de humedad, forestación de áreas con sequía, entre otras.

También se debe pensar en la reactivación de la minería, pero en este caso también se tiene que tomar en cuenta una minería amigable con el medioambiente, para reducir el daño ambiental al mínimo posible, ya que por lo general este rubro de la producción es muy contaminante y suele causar daños irreversibles.

En la ciudad capital se tienen obras que se entregan sin terminar y permanecen por años funcionando a medias o simplemente están ahí, cual elefantes blancos, es decir, que generan gastos y no tienen utilidad, no cumplen ninguna finalidad.

Es necesario que los proyectos tengan una utilidad real, que estén destinados a mejorar tanto la calidad de vida de los ciudadanos como la economía del departamento, asimismo tienen que ser sostenible y generar ganancias a los municipios para salir de la crisis monetaria, del atraso y del subdesarrollo.

Para conseguirlo no se debe poner el énfasis sólo en los proyectos de cemento o asfalto, sino también en otros que sirvan para que las personas adquieran más conocimientos, se fomente la cultura y la sabiduría, es decir, hacer gestión humana, que se tenga personas trabajadoras, disciplinadas y que hagan servicio en la comunidad.