La quirquiña

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En Bolivia, la mayor parte de la población es gustosa al momento de consumir determinados productos naturales, que le dan un exquisito sabor a ciertas preparaciones, como la llajua, complemento indispensable en las mesas de los hogares.

Sin embargo, tener ese saborcito a picante hecha de locotos y tomates, no es completa, si no se tiene una especie natural que le da su toque mágico, y nos referimos a la quirquiña, conocida también como quillquiña.

La quirquiña es una planta aromática con un alto contenido de antioxidantes y compuestos fenólicos que aporta aceites esenciales que ayudan a la absorción de vitaminas solubles como la A, E, D y K.

Tiene propiedades digestivas, y es recomendada para regular la presión arterial, controlar el nivel de colesterol y para el tratamiento de infecciones. También ayuda al tratamiento de enfermedades hepáticas, mejora el sistema inmune y combate la anemia, sin dejar de mencionar que le da ese toquecito especial a la riquísima llajua.

Se la considera además como una planta rústica, que puede crecer en suelos pedregosos y lugares escarpados, por lo que para plantarla no se suele ser exigente en cuanto al tipo de suelo, pero lo mejor es sembrar en los mejores suelos que se destaquen por ser profundos y tener un gran contenido “de materia orgánica, de humedad moderada y buen drenaje para lograr rendimientos óptimos”, como se explica en el portal Azanfrán Bolivia.

Eso sí, esta resiste la humedad, pero no la sequía y la manera en la que se propaga es a partir de semillas que se deben sembrar de forma directa al lugar definitivo “en surcos o hileras, en suelos bien mullidos y abonados”.

Fuente: LA PATRIA