Crecimiento económico un proceso muy variable

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Hay muchas opiniones sobre el complejo asunto del crecimiento económico en nuestro país y en sus diversos campos de producción, los que se manejan con inversiones privadas y las que son sostenidas con el presupuesto estatal, ésta segunda opción, la más segura para utilizar capitales financieros del Estado sin mayores condiciones de responsabilidad productiva y cumplimiento de metas estructuradas para obtención de beneficios en tiempos determinados, como se exige en el sector privado, donde está prohibido el despilfarro, según una muy discreta apreciación de un funcionario estatal.

Ese vaivén en los precios, marca ajustes en los niveles industriales, pero es al mismo tiempo la causa de desajustes en las economías de países proveedores de materias primas que deben admitir las variables, generalmente con cuentas adversas en costos de operaciones, que no se reponen, ni se reajustan.

Lo único evidente es que tras los desajustes de precios, los proveedores de materias primas deben continuar vendiendo sus productos, pero demorando bastante una nivelación comercial que haga posible reponer pérdidas sin liquidar la producción y aprovechar otra coyuntura del vaivén de precios para manejar una lenta y desigual recuperación.

En todo caso, las condiciones de comercio internacional, para compra y venta, no tienen ninguna regulación de equilibrio en materia de precios, salvo la que rige en el momento de la venta y el precio vigente en cualquier mercado, por lo que se hacen ciertos reclamos para que el gigante comercio de las materias primas pueda tener normas de cierta compensación en periodos de crisis y de estímulo financiero en tiempos de bonanza.

Mientras no suceda “un milagro”, de acuerdo a las estimaciones del Índice Global de Actividad Económica (IGAE) publicado recientemente por el Ministerio de Economía, nuestro país hasta abril pasado registró un crecimiento del 5,3%, impulsado principalmente por sectores productivos, como la minería especialmente y también hidrocarburos y la construcción, un efecto de rebote en el mercado internacional de precios. Nada más.