Sectores de producción extractivista deberían impulsar nuestra economía

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En niveles allegados al sector empresarial productivo, se coincide en señalar a la minería é hidrocarburos, como los más aptos para emprender un proyecto de “alto vuelo” para recuperar la economía nacional, por lo menos con mucha aproximación a los niveles del 2019, que sin ser los mejores, permitieron salir adelante en ciertos planes de estrategia económica.

Expertos y ejecutivos empresariales reconocen que algo se pudo avanzar en el último tiempo en materia de recuperación de nuestra economía, gracias a planes desarrollados en los sectores extractivos como la minería y los hidrocarburos que elevaron su productividad, sin que los niveles alcanzaran las expectativas de empresarios y gobierno, asumiendo una lucha desigual ante una pandemia de efectos altamente negativos y perjudiciales.

Según la visión de los expertos, también marcaron su participación rubros muy importantes como la construcción y el comercio exportador con relieve especial en la agricultura, la agroindustria forestal y maderera, que no dejaron de crecer y por lo mismo son de especial interés en su inmediato potenciamiento.

Está visto que hay valiosos sectores para encarar planes de rendimiento productivo, sin embargo no son menos interesantes sus planteamientos reales en materia financiera a través de programas coyunturales que muevan inversiones de impulso para sostenimiento y crecimiento de industrias que pueden alcanzar objetivos de posicionamiento en los mercados nacionales y en los de países vecinos, donde muchos productos bolivianos de la línea alimentaria son ya altamente requeridos.

Por estos hechos que pasan desapercibidos para una mayoría ciudadana, es bueno exigir mayor información oficial, sabiendo que nuestra presencia en el amplio mercado externo es cada vez de mayor rendimiento y por lo mismo con un retorno de mejores utilidades.

El problema de mayor preocupación en el tiempo presente, tiene que ver con un lento crecimiento de nuestra economía que

según los expertos tardará más de un año (2022) para alcanzar un aproximado nivel con el que se registró el 2019 y que fue producto de un rendimiento particularizado en la actividad de sectores generadores

de empleo y cambios sustanciales en el modelo

extractivista.

Concretamente se atribuye la recuperación, así sea lenta en su proceso, a los sectores extractivos como la minería e hidrocarburos, además de otros como la construcción y el comercio, que también fueron alcanzados por los perjuicios que trajo aparejada la pandemia del coronavirus 19. No hay manera de sobreponer condiciones expresas de rendimiento para combatir esos males que causa la pandemia y que sólo pueden recuperarse con programas de paulatina ejecución, en tiempo, lugar y espacio definidos.

Hay que estar ciertos de que aún asumiendo las medidas correctas, tomará a la economía nacional al menos un par de años para reponerse y recuperar los niveles que regían antes de la pandemia. Algo que indudablemente debería ocupar una acción coordinada entre lo que significa el Estado productivo y el Empresariado inversionista, es trabajar en un diseño mancomunado del desarrollo nacional con responsabilidades sectorialmente definidas

Entre los expertos, la idea tiene ciertas observaciones especialmente algunas que en el actual proceso pueden ser difícilmente asimiladas, por la fuerte presencia de “insumos político partidarios” que diluyen la inquietudes de lograr acuerdos estrictamente comerciales y profesionales que hagan realidad el establecimiento de proyectos estratégicos, como los del litio o el mutún, para los que todavía se están buscando socios “desinteresados”, lo menos que puede encontrarse en un mercado de abierta competencia y grandes intereses expectaticios, como los que revelan emisarios chinos. Ante esa alternativa por supuesto que la posibilidad nacional es una utopía, admitida internamente.

Un ingrediente que complementa la “carta de servicios” debería constituir la participación del Estado en programas de apoyo a los sectores económicos generadores de empleo, los que explotan las materias primas y otros que están empeñados en el cambio de matriz productiva, pero todavía supeditados a que se resuelvan los desequilibrios macroeconómicos como el déficit fiscal y otros componentes de política interna.

Para los entendidos el asunto debe pasar por promover los sectores exportadores, incluyendo los no tradicionales para acelerar el proceso de recuperación económica, impulsado principalmente las industrias productivas como la minería y los hidrocarburos que en términos de reciente crecimiento y con un aumento en sus precios como materias primas han abierto buenas posibilidades para una recuperación efectiva, de todos modos oscilante en función a las cotizaciones del mercado internacional. Se espera que en el periodo vigente se mantenga el índice oficial de crecimiento impulsado por las actividades de los sectores que aseguran un movimiento favorable en sus operaciones estratégicas, especialmente la actividad minera.

Fuente: Medios. Agencias. PM: