LA FORMACIÓN DE CONVICCIONES PARA LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA

Las Unidades Educativas juegan un papel importante en los cambios que requiere la sociedad, ya que esta es la responsabilidad histórica de la transmisión a las nuevas generaciones al patrimonio cultural, difundir los valores, principios morales y éticos dotando a esta generación de los conocimientos necesarios que los permite desenvolverse con eficiencia en su personal social para lograr lo necesario que los centros escolares crean espacios realmente democráticos donde maestros y estudiantes desarrollan habilidades y destrezas, para convertirse precursores de cambios positivos, transformadores y propiciadores.

Las maestras y los maestros como seres sociales tienen que desarrollar sus prácticas educativas tomando en cuenta su formación personal y profesional haciendo uso de estrategias pedagógicas no concentradas en él, ni en el currículo si no en el estudiante mismo haciendo del proceso enseñanza y aprendizaje un acto flexible y dinámico que propicien la capacidad de aprender y que lo aprendido sea pertinente, significativo para las y los estudiantes.

La información crece día a día en función exponencial, el gran reto de las Unidades Educativas es preparar a las y los estudiantes para que sean capaces de crear conocimientos a partir de la información de la maestra o del maestro; antes el profesor era un repetidor de contenidos, pero hoy en día el profesor, además de exigirle el dominio pleno de los contenidos de su especialidad se le asigna otras funciones y un orientador del proceso de enseñanza y aprendizaje, pero sin olvidar que el protagonista de la educación es el estudiante.

Tiene un enorme desafío y es necesario dejar de ser definitivamente simples repetidores de conocimiento y saber profesional, solo de esta forma la educación contribuirá al cambio social.