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Domingo 15 de abril de 2012

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Cultural El Duende

El hueso de la ciruela

15 abr 2012

Fuente: La Patria

Una madre compró ciruelas para darlas de postre a sus hijos. Las ciruelas estaban en un plato. Vania no había comido nunca ciruelas y no hacía más que olerlas. Le gustaron mucho. Y sintió deseos de probarlas. Todo el tiempo andaba rondando las ciruelas. Y, cuando se quedó solo en la habitación, no pudo contenerse, tomó una ciruela y se la comió.

Antes almuerzo, el padre preguntó: “Decidme, hijitos, ¿no se ha comido ninguno de vosotros una ciruela?” Todos dijeron: “No”. Vania se puso rojo como la grana y dijo también: “Yo no me la he comido”.

Entonces, el padre dijo: “Uno de vosotros se la ha comido, y eso no está bien. Pero no es lo peor. Lo peor es que las ciruelas tienen huesos, y si alguien no sabe comerlas y se traga uno, se muere al día siguiente. Eso es lo que temo”.

Vania se puso pálido y dijo: “El hueso lo arrojé por la ventana”. Todos se echaron a reís, pero Vania estalló en sollozos.

Fuente: La Patria
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