Pensemos en Bolivia

Bolivia fue declarada independiente el 6 de agosto de 1825 mediante la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú con el nombre de República de Bolívar, el que fue cambiado posteriormente a República de Bolivia al independizarse de Perú. Hoy cumple 196 años de vida y celebra esta fecha en medio de una aguda crisis médica, política, económica y sanitaria, que recae sobre un precario sistema de salud, provocada por la pandemia del Covid-19 que azota a los bolivianos cada día más, por la cantidad de infectados que a la fecha superan los 476.000 casos con más de 17.000 personas fallecidas, aspecto que muestra la triste realidad de los centros hospitalarios con una carencia de clínicas, de salas de terapia intensiva, personal médico y paramédico, medicamentos básicos para tratar la pandemia y la deficiente infraestructura sanitaria, en la atención de numerosos pacientes aglomerados en constantes filas para ser tratados con distintas patologías. Todo lo mencionado se suma a un deficiente presupuesto económico.

Económicamente al país no le ha ido bien, producto de malas decisiones en política económica, como resultado de pésimas inversiones en la creación de empresas improductivas que más han provocado pérdidas que ingresos, inversión en obras que se convirtieron en elefantes blancos de poca o casi ninguna utilidad o rentabilidad para el erario nacional, sumado al crecimiento vertiginoso de la burocracia estatal, el crecimiento del desempleo que supera el 10%, el incremento del contrabando y el trabajo informal que originaron y el cierre de empresas con el despido de miles de obreros y profesionales, formando ejércitos de desempleados que profundizan la crisis económica y hacen cada vez más difícil el despegue financiero, productivo e industrial del país.

Quedó lejos el sueño de los grandes Héroes de la Independencia que era que nuestra amada Bolivia fuese un país para todos: libre, justo, con dignidad y con calidad de vida para cada uno de sus habitantes. Sueño de libertad y de autodeterminación hecho realidad, después de una larga lucha americana y el largo camino de la construcción de una sociedad y de un Estado acorde con las aspiraciones de todos.

Este día y cada 6 de agosto es ocasión para reavivar la memoria de estas aspiraciones y de los valores cívicos y libertarios que los impulsó. Pero, también es motivo para preguntarnos ¿cómo vivimos hoy ese legado?, si de verdad la independencia ha traído más libertad, más unidad entre bolivianos, más justicia, más equidad e igualdad, más fraternidad y solidaridad, y el bienestar que todos soñamos y aspiramos. Por esta razón pensemos en nuestra Patria Bolivia con el objetivo de levantarla, cuidarla y venerarla en base a la unidad, entendimiento y esfuerzo de los bolivianos para alcanzar un objetivo común, el de vivir bien, en un Estado donde se respeten los derechos, se proteja a la madre tierra y se garantice el acceso a la justicia de forma transparente y oportuna.

(*) Es ingeniero