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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Un desorden social - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
El maltrato tiene muchas formas y cualquiera de ellas va casi siempre junto con una o más formas de las otras; es lo que acontece a diario en nuestro departamento, nuestra población y/o vecinos hacemos poco o casi nada para los niños que padecen de abusos y maltrato, lo vemos cada día, diferentes tipos de abusos y en diferentes circunstancias. Amigo lector, hago referencia a este tema sobre el maltrato infantil porque al igual que ustedes me siento muy feliz cuando veo a un niño contento y muy triste a un niño lastimado, inquieta no hacer nada.
Haciendo una pequeña investigación de esta problemática, realizo un criterio personal, gran parte de los problemas de abuso y maltrato infantil conlleva una cierta historia y un problema social, citamos estos dos factores porque la mayoría de los casos suceden en base a estos factores.
En el pasado, la madre solía ser la persona abusadora, probablemente por ser la persona que más tiempo pasaba con el niño. No obstante, análisis más recientes sugieren que los hombres (pueden ser o no el padre del niño) están más involucrados en el abuso infantil. Esto tiene particular validez en el abuso sexual y en las lesiones graves.
Casi un tercio de los padres abusadores fueron a su vez víctimas de abusos durante su infancia. Algunos utilizan su poder sobre los niños como un esfuerzo mal dirigido para lograr el control sobre la vida de estos. Los padres que descuidan a sus hijos tienden a ser impulsivos e infantiles y es frecuente que presenten problemas para planear las opciones de su propia vida. Los adultos que abusan sexualmente de los niños parecen tener un amplio rango de desordenes en su personalidad.
A menudo los abusadores odian lo que hacen pero se sienten impotentes para detenerse. Con frecuencia carecieron de unos buenos padres y ellos no saben cómo serlo con sus propios hijos es muy común que el abuso comience cuando uno de los padres está ansioso, deprimido o agresivo, empieza a perder el control físico sobre el niño, luego pierden el control sobre su propio comportamiento y terminan sacudiendo, lastimando y golpeando de alguna manera al niño.
Los padres abusadores tienden a desconocer el comportamiento de un niño normal y esperan que un pequeño que está aprendiendo a utilizar el baño no llore o permanezca limpio y aseado a una edad tan temprana que no corresponde con la realidad, estas personas tienden a considerar como altamente estresante el comportamiento que la mayoría de los padres toman como un obstáculo. Poseen menos capacidad para resolver problemas, se sienten mal y reconocen su ineptitud e incompetencia como padres. Además, tienen problemas para leer las expresiones de sus hijos, de modo que pueden mal interpretar las necesidades de ellos antes que ignorarlas. Un padre puede tratar de alimentar a un niño que llora de dolor y luego sentirse frustrado cuando el bebé vomita la comida.
Los padres descuidados, de otro lado tiene más probabilidad de mostrarse apáticos, incompetentes irresponsables y de ignorar a sus hijos. Las madres de infantes que cuyo crecimiento se detiene suelen también estar desnutrida y tener relaciones de mucho estrés con el padre de sus hijos. Estas mujeres suelen presentar más complicaciones durante el embarazo y el parto que otras madres, ganan menos peso, dan a luz en menos tiempo y tienen bebés más pequeños, también presentan más problemas para alimentarlos, no los alzan ni les hablan, no son capaces de organizar un ambiente seguro y cálido en el hogar, y parecen resentidas con sus bebés.
El mundo exterior puede crear un clima que favorece la violencia familiar. El desempleo, la insatisfacción con el trabajo, el aislamiento social, los lazos sociales limitados, la falta de asistencia o confianza en la persona más cercana en el cuidado y la pobreza son todos factores muy relacionados con el niño y el abuso del conyugue. Sin embargo, ninguno de ellos es un factor determinante.
El factor de protección la conducta parental es muy importante sobre todo porque es necesario destacar los factores de protección familiar y personales, porque pueden señalar los cambios que se deben proveer para apoyar a los padres.
Para proveer este desorden social, es necesario fortalecer el vínculo familiar de forma que se eviten daños emocionales y fijación de patrones violentos de comportamiento causados por el maltrato, al mismo tiempo promover el diálogo con los padres, con los educadores y las personas que trabajan con el desarrollo integral de nuestros niños.
El maltrato debe dejar de ser entendido como un problema familiar para convertirse en lo que es, un desorden social.
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