LA NUEVA NORMALIDAD, EXIGE EL “AULA – HABITACION”

En Bolivia se decreta la suspensión de clases a partir de marzo de 2020, la determinación fue considerada como provisional y el tiempo para reiniciar las actividades educativas era impredecible. Las exigencias sanitarias son el distanciamiento físico entre otras, dando inicio a una nueva normalidad y vivir tiempo de confinamiento por la pandemia.

Las autoridades educativas se vieron obligados a diseñar estrategias y poder afrontar el desafío y/o retos para enseñar sin asistir a los centros educativos. Es así que de un momento a otro los estudiantes se quedan sin escuela física, maestros y estudiantes se ven en la obligación de adquirir la modalidad a distancia.

Un ambiente que simule el aula, con requerimientos mínimos de mobiliario según las características de cada estudiante; contar con un escritorio o mesa, una silla acolchonada o quizá simplemente un cojín que pueda hacer la diferencia, para brindar confort al estudiante, adaptar un espacio donde ubicar el dispositivo móvil, o la computadora, sin que este interfiera con el desarrollo de su clase al momento de tomar los apuntes. Brindar confort lumínico, donde los lúmenes sean los adecuados para no forzar la vista de los estudiantes, y quizá hasta contextualizar su pequeño espacio, con algún cuadro didáctico, o el uso de un detalle decorativo como una planta. Poner color en su entorno, No cabe duda que los estudiantes se sentirán a gusto en su “Aula – Habitación” y con requerimientos mínimos el estudiante puede presentar entusiasmo y una actitud más positiva, Estos detalles permiten marcar una diferencia al momento de la concreción de los aspectos cognitivos de los educandos.