El fraude del fraude

Ciudadanos y políticos protestaron ayer ante el anuncio del fiscal general de Bolivia de cerrar el caso de fraude electoral de 2019, basado en el resultado de unas pericias que la misma Fiscalía encargó a la Universidad de Salamanca, mediante un documento firmado por un docente y dos estudiantes de dicha casa de estudios superiores.

Los políticos de oposición coincidieron en rechazar la decisión de la Fiscalía porque consideran que ese informe no puede estar por encima del presentado por la Organización de Estados Americanos, OEA, ya que este último tiene carácter vinculante y fue firmado por el canciller boliviano y, como ya se reflejó mediante esta columna en otras oportunidades, una parte de la ciudadanía boliviana está convencida de que hubo un fraude en las elecciones de 2019,en base al informe de la OEA, y lo dudaron antes de presentarse dichas pericias, por lo que salieron en ese entonces a protestar.

Otra observación que se hizo mediante las redes sociales fue la siguiente, en 2019 hubo saqueos, quemas de domicilios particulares, destrozos del ornato público, quema de bienes municipales, amedrentamiento, y muerte, muchos civiles que defendían al proceso de cambio estaban armados, pero ninguno de los que cometieron esos excesos está preso, sólo los opositores.

También es un reclamo constante tanto de las autoridades de oposición, como de los ciudadanos de a pie, que la justicia esté “parcializada” con el gobierno, se desestime cualquier prueba contra el partido azul, pero los opositores están en la cárcel, para la oposición eso significa que “hay una persecución” hacia quienes no apoyan al Movimiento Al Socialismo, MAS.

A tal punto llegan las autoridades del Gobierno en el rechazo a los resultados de la auditoría electoral que hizo la OEA, que el presidente boliviano decidió apoyar la idea de su homólogo mexicano de buscar la creación de otro organismo internacional paralelo, por considerarlo no válido, no obstante, dicha entidad se formó por decisión y en consenso con gobernantes de muchos países y se supone que es una institución seria.

Mientras sigue la pulseta entre oficialistas y opositores, sobre sí hubo fraude electoral o golpe de Estado, y se sigan priorizando los temas político partidarios, el país está a la deriva, no se ve la gestión del Gobierno, tampoco se pronuncian ante conflictos como el suscitado en el salar de Thunupa; una parte de la población protesta ante la falta de la segunda dosis de la vacuna rusa; el sistema de salud sigue siendo precario y la educación también está a la deriva, para muchos ciudadanos lo que ocurre en el país es una total “chacota” y piden al presidente que aparezca no sólo para defender a países extranjeros, porque aunque sean sus socios internacionales, Bolivia debe ser su prioridad.