A 41 años del golpe de Estado de García Meza

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El 17 de julio de 1980, es para Bolivia, uno de los momentos históricos más negros de su historia, porque aquel día la brutalidad y la angurria de poder se hicieron presentes en las calles del país, para tomar por la fuerza el mando de la nación.

De acuerdo a datos históricos, el golpe se gestó en Trinidad, Beni, y estuvo a cargo de varios militares. Asimismo, se aprovechó la fiesta de la Virgen del Carmen para perpetrar ese momento nefasto, cuando en La Paz, un grupo de paramilitares a la cabeza de Luis García Meza Tejada, derrocó a su prima que estaba fungiendo como Presidente de Bolivia, Lidia Gueiler Tejada.

En horas de la mañana de aquel día, dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), a la cabeza de Juan Lechín Oquendo y líderes políticos como Marcelo Quiroga Santa Cruz, brindaban una conferencia de prensa en ambientes de la entidad sindical, con el objetivo de denunciar el golpe de Estado.

Es así que un grupo de estos sujetos llegó hasta la sede sindical en ambulancias, descendieron de los vehículos y con ametralladoras en mano irrumpieron en el lugar. Una vez adentro, se escucharon ráfagas que salían como gritos de las armas de fuego, fue entonces que asesinaron al cabecilla del Partido Socialista 1 (PS-1), Marcelo Quiroga, cuyo cuerpo a la fecha no se sabe dónde fue enterrado.

“Caminar con el testamento bajo el brazo”, era la conminatoria que dio el entonces ministro del Interior, Luis Arce Gómez, quien lo anunció sin ningún temor a través de Televisión Boliviana.

Fue un periodo trágico para los bolivianos, no solo por la cantidad de personas que desaparecieron o fueron asesinadas, sino que durante el Gobierno de facto de Luis García Meza prevaleció la corrupción, que sería uno de los motivos para que su poderío pierda fuerza y termine renunciando a la Presidencia.

Uno de los hechos que marcó ese momento, fue cuando se denunció el negociado de las piedras preciosas de la Gaiba y el narcotráfico que predominó en esa época.

En lo económico, Bolivia pagaría con creces la factura de la dictadura, hecho que se reflejaría en el Gobierno de Hernán Siles Suazo, debido a la hiperinflación del país.

En este día recordamos aquel cruento momento que solo llenó de pesar y luto a las familias bolivianas.

Fuente: LA PATRIA