Alerta con enfermedades no transmisibles

Estamos tan preocupados por la pandemia del coronavirus que a veces olvidamos que existe otro tipo de enfermedades, las no transmisibles, como el cáncer, las patologías cardiovasculares, obesidad, diabetes, hipertensión y otras, que también merecen atención y cuidado.

La novela colombiana “Yo soy Betty la fea” se hizo tan popular que ha traspasado fronteras en todo el mundo, emitida en más de 180 países, fue doblada a 25 idiomas y contó con al menos unas 28 adaptaciones alrededor del planeta. Tan famosa es la novela que aún la transmiten en Netflix y se sigue actuando en teatro, por lo que los medios de comunicación están siempre pendientes de lo que ocurre con sus protagonistas.

Si eso ocurrió al actuar en la ficción, ¿cuánto más podría afectar a las personas las emociones que se viven día a día? Seguramente la angustia, el estrés, la rabia, la queja, el desánimo y la depresión que experimentan muchas personas en su diario vivir seguramente derivará en algún mal no infeccioso ni transmisible.

Si bien la vida acelerada y las ocupaciones, el trabajo y una vida de consumismo llevaron a la sociedad a sufrir ese tipo de enfermedades, durante la pandemia este aspecto no cambió mucho pese a la desaceleración que tuvo la vida de todo ciudadano, porque el encierro, la falta de trabajo y la crisis económica, sumada a la crisis sanitaria, crearon un ambiente de estrés, depresión y otras emociones que de la misma manera pueden derivar en una enfermedad no transmisible.

Es menester empezar cuidando la alimentación, ya que éste también es un factor determinante en la aparición de esas enfermedades no transmisibles. Hay que incentivar a la práctica del deporte y de actividades al aire libre.

Asimismo, se pueden implantar actividades lúdicas o de esparcimiento sano en oficinas o empresas, ya que se demostró que en compañías tan grandes como la multinacional Microsoft tienen un tobogán y otros juegos, que permiten a los empleados a fomentar su creatividad y trabajar sin estrés, lo que los hace más productivos. En otros lugares se permite que los empleados hagan una corta siesta de cinco minutos para aumentar su rendimiento, ya que después de estar muchas horas sentados frente a una pantalla llegan a agotarse demasiado.

Asimismo, las empresas y oficinas, públicas o privadas, pueden contar con el apoyo profesional de psicólogos o coaches, que ayuden a los trabajadores a relajarse, disfrutar el trabajo, bajar los niveles de estrés y ser más productivos, para que rindan más y mejor, con esa fórmula todos ganan, los empresarios, las autoridades, los trabajadores y la sociedad en su conjunto.