Vacunarse o no vacunarse esa es la cuestión

Mientras algunas autoridades piden que se investigue a familiares de funcionarios del Gobierno que recibieron las vacunas contra el coronavirus, otras personas del pueblo no quieren ser inoculadas por diferentes razones y los centros de vacunación están vacíos.

Los pretextos van desde el temor a las agujas hasta el miedo a convertirse en “hombres lobo”, una criatura de fantasía; también se alega que existe la preocupación porque se quiera implantar nanochips para espiar a la gente mediante la vacuna; y así, los argumentos son muy variados, algunos con más lógica que otros, pero la realidad es que muchos ciudadanos no quieren vacunarse.

Para convencer a la ciudadanía que se vacune, las autoridades han diseñado campañas que se difunden en medios de comunicación y redes sociales, donde personajes conocidos le piden a la población que se vacune para acabar con la pandemia, y aun así falta que muchos millones de bolivianos reciban sus respectivas dosis, y uno de los requisitos que el Fondo Monetario Internacional, FMI, aconsejó para que Bolivia tuviera un crecimiento económico del cinco por ciento, fue que se avanzara más rápido en la vacunación.

Quizás una estrategia que pueda funcionar para lograr que la gente de a pie se vacune sea convertirla en una obligación, ya que muchas personas permiten que se les inocule la vacuna de la fiebre amarilla porque es un requisito indispensable para viajar al extranjero.

Muchas personas no creen en las vacunas, inclusive algunos se enferman luego de ser vacunados, no obstante, enfermedades como la poliomielitis fueron erradicadas gracias a las vacunas. Un aspecto a tomar en cuenta es que los mismos médicos, no todos, afirman que las vacunas son nocivas para la salud y que son como un veneno para el organismo.

Ya lo dijimos en una anterior oportunidad, lo que se necesita es la difusión de datos que provengan de fuentes confiables, para evitar tanta desinformación que no sólo circula en las redes sociales, ahora también en los medios de comunicación que se supone que son más creíbles, por lo tanto, los ciudadanos tienen muchos temores al momento de tomar una decisión.

Un dato cierto es que en sociedades en las que se vacunó a la mayoría de su población, las cifras de contagios bajaron, y ese hecho arroja luces sobre la efectividad de la inmunización, y es posible que si queremos volver lo antes posible a la normalidad, sin que le cueste al país más pérdidas de vidas humanas y se pueda reactivar la economía por el bien de todos los habitantes de Bolivia.