Blanco como la nieve es “copito”

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Copito es un perro macho que llegó a una familia orureña hace cuatro años, desde aquel día todo cambió para aquel hogar, pues se convirtió en un integrante más.

De raza chapi maltés, con un pelaje suave y blanco como la nieve, sus ojos son negros como la noche y con su hocico del mismo color denotan una “perfección visual”, reflejada en su rostro.

Cuando era cachorro medía tan solo 20 centímetros, desde el primer momento juguetón y alegre, con una mirada llena de amor.

Copito es travieso, juega con sus peluches por todo su hogar, saltando de un lado a otro, para que le presten atención y lo mimen.

“Yo siento por el mucho cariño porque es mi compañero y es muy inteligente, a pesar de que es malcriadito a veces”, afirmó una de las dueñas.

Él siempre espera moviendo la colita con emoción a que llegue su familia, corriendo velozmente hacia ellos desde que escucha la perilla mover.

Para muchas personas un perro solo “sirve” para cuidar el hogar, ahuyentar antisociales, de adorno o juguete y cuando crecen los abandonan, motivo por el cual existe incremento de los perros callejeros.

Sin embargo, ellos son más nobles que los humanos, pues su amor es sincero, sin envidia ni rencores.

Los perritos no ven a las personas como a sus dueños, sino como a su familia, con el mismo amor que un bebé a su madre, con inocencia hasta el final.

Fuente: LA PATRIA