Jueves 10 de junio de 2021
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Uno de los graves problemas que enfrenta la población es que, debido a la permisividad para no cumplir medidas preventivas que eviten los contagios, hay una especie de displicencia en los jóvenes que asisten a concentraciones deportivas y sociales, tomando contactos con mucha gente que podría resultar transmisora o receptora del coronavirus; este extremo ha sido comprobado en casi todas nuestras ciudades, especialmente por la difusión de que “ya no hay peligro, especialmente para quienes han sido vacunados siquiera una vez”, falsa versión porque ya se presentaron casos en que no obstante la colocación de dos vacunas, la gente no está libre de contagiarse.
Es urgente tomar conciencia de que todos los habitantes del país estamos expuestos al virus que es portador del mal, a su accionar indiscriminado y a que aproveche la carencia de medios y sistemas de cuidados dejando que la pandemia tenga campos libres para asentarse en más cuerpos. Hay descuidos muy grandes en escuelas y colegios y concentraciones de niños y jóvenes, abandono a lo que venga en reuniones sociales y, en general, dejadez debido a la afirmación falsa de “haberse superado el mal”. Es, pues, urgente que las autoridades de todo el país tengan cuidado y controlen estrictamente locales escolares y sitios que sirven para bodas y fiestas familiares.
