La seguridad ciudadana es tarea de todos

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La frase de que “la seguridad ciudadana es tarea de todos”, encierra diversas interpretaciones que, analizadas desde diversos puntos de vista, son un sistema de opiniones y sugerencias distintas.

La seguridad ciudadana es la acción integrada de la ciudadanía y de otras organizaciones de interés público, destinadas a asegurar su convivencia y desarrollar la erradicación de la violencia, la utilización pacífica y ordenada de vías y de espacios públicos y en general evitar la comisión de delitos y faltas contra las personas.

Por seguridad ciudadana debe entenderse el conjunto de acciones democráticas en pro de la seguridad de los habitantes y de sus bienes, ajustadas al derecho de cada país. El reto actual es armonizar el ejercicio de los derechos humanos de cada uno de las distintas políticas en materia de seguridad ciudadana de los diferentes Estados.

Está claro que el rol de las entidades llamadas por ley para precautelar la seguridad ciudadana es parte de los contrapesos y equilibrios en todo sistema de gobierno en democracia, perfeccionar propuestas, y lógico, producir para beneficio de la sociedad, ya sea complementando la legalidad en las políticas públicas, en la administración en general, en las relaciones internacionales, etc.

Ahora esta pandemia del Covid-19 ha transformado prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, desde las rutinas y las reuniones sociales, hasta transacciones globales como el comercio y el turismo.

Los patrones de hechos delictivos que atenten la seguridad, no han sido ajenos a este cambio.

Las medidas que tomaron muchos gobiernos para limitar el contagio del Covid-19 interrumpieron eslabones de los diferentes hechos delictivos, por ejemplo, las cuarentenas y restricciones a la movilidad redujeron las oportunidades de interacción entre víctimas y victimarios con la excepción de la violencia domestica que registró un aumento de casos de víctimas y agresores permanecieron confinados en sus hogares.

Los policías pasaron a ser considerados primeras líneas de respuesta y como tal, tuvieron que ajustar diversos aspectos de la operatividad policial para incorporar responsabilidades adicionales a su labor habitual de mantener el orden público; la policía ha respondido a la emergencia sanitaria ejerciendo, por ejemplo, el control de las restricciones de movilidad y transitabilidad o el control de lugares o sectores económicos; los policías también necesitaron ajustarse para frenar los contagios en sus filas, esta combinación de factores ha generado serios retos de coordinación para con los ciudadanos. Por eso, que debemos tomar en cuenta que toda protección que se haga en este tiempo tan difícil será solamente la tarea de todos.