Las flores, por muy silvestres que sean, son un regalo de la naturaleza

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De manera muy particular la época de lluvias del 2012, marcó para Oruro cierto cambio en cuanto a la imagen que presentó la ciudad, hablando en lo que a naturaleza respecta, pues precisamente las lluvias permitieron la germinación de una infinidad de semillas que en el proceso natural evolutivo de todo vegetal llegaron a florecer y dejaron para la mirada diversidad de flores que alegraron el cotidiano quehacer de los ciudadanos.

Los botones de oro con su amarillo intenso, las dalias con el morado imponente al igual que las malvalocas, que en su policromía de especies también permitieron que broten flores blancas, amarillas y rosadas. Corresponde mencionar los esbeltos girasoles, las medicinales retamas o manzanillas y hasta las flores de lo que se conoce como “leche leche”.

Mejor aún fue el panorama en los jardines familiares donde, más cuidadas, crecieron especies como la jara de ládano, correhuelas, lirios, geranios, gardenias, hortensia, pensamientos, azaleas y otras en algunos casos hasta tropicales.

DESAGRADABLE

Capítulo aparte le corresponde a la hierba mala que invadió la diversidad de jardines y áreas públicas en la ciudad, provocando un aspecto desagradable en el panorama orureño, situación aún más negativa cuando los jardines se ven invadidos por basura, al extremo de que los papeles y bolsas parecen flores.

En varias jardineras, la naturaleza hizo su trabajo y, hasta la quinua se convirtió en planta ornamental. Algunos vecinos al ver las plantaciones, están esperando que maduren los granos para cosechar el cereal.

Fuente: La Patria