Los “blues” alzan su segunda “orejona”

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En un compromiso cerrado donde la estrategia táctica de Tomas Tuchel fue más eficaz que el planteamiento de Pep Guardiola, el Chelsea pudo coronarse por segunda ocasión como el máximo monarca de la UEFA Champions League gracias al gol solitario de Kai Havertz, quien a los 42 minutos sentenció el partido frente a un Manchester City desconocido, que no pudo encajar su estilo de juego a lo largo de los 90 minutos de juego.

El partido final de la 66° edición de la UEFA Champions League se cumplió este sábado en el estadio “Do Dragao” de la ciudad de Oporto (Portugal) luego de descartar a la sede de Estambul (Turquía) por temas de la pandemia. Los invitados de honor a esta culminación del certamen europeo fueron los clubes ingleses Manchester City y Chelsea quienes dejaron en el camino a los favoritos PSG y Real Madrid respectivamente.

Como aconteció en el 2012, siendo los infravalorados del torneo los “blues” vencieron a un bien conformado Bayern Múnich para alzar su primera orejona, el cuadro del Chelsea se puso con aplomo desde el primer minuto para sorprender a un cuadro de Manchester City que estuvo alejado de sus buenas presentaciones y no tuvo la prolijidad para llegar con contundencia al arco rival.

La falta de un mediocampista de poder en el equipo de Guardiola fue lapidario ya que ese hueco le brindó a los “blues” la posibilidad de causar mucho daño a la portería de Ederson Moraes que tuvo algunas atajadas de mérito. A los 42 minutos, ese espacio mal defendido en el medio sector fue bien aprovechado por el alemán Kai Havertz quien eludió a su rival y se fue en solitario a la portería dejando en el camino al golero y con el tiempo suficiente para ubicar el balón en el fondo de las redes, desatando la euforia de la parcialidad del Chelsea, el partido se desarrolló con la presencia de alrededor de 6 mil aficionados.

En la segunda mitad el partido se puso en favor de los “ciudadanos” dentro del dominio del balón, esto porque sus rivales, a su clásico estilo, decidieron defender con ahínco la mínima ventaja cercando la portería defendida por Édouard Mendy, más allá de esto el Manchester no llegaba con peligro ni eficacia, algo que a la postre costo caro.

El ingreso tardío del Kun Agüero, quien jugó su último partido con la casaca celeste ya que la próxima temporada estará vinculado al Barcelona, fue otro de los factores negativos de un Pep Guardiola que no encontró la fórmula para cambiar la actitud de su equipo. El ingreso del argentino le dio más vida a la ofensiva del City que acorraló al rival en su zona, pero no pudo encontrar el gol que encamine el encuentro al alargue.

Sobre el tiempo de adición, un remate cruzado y de media bolea de Riyad Mahrez, paralizó el corazón de Mendy y los demás jugadores del Chelsea, además de un silencio tétrico en el estadio acompañado de un suspiro de los “blues”, el balón se fue ligeramente desviado. Tras esa acción el árbitro pito el final del match dando rienda a la celebración del Chelsea que de la mano de Tomas Tuchel pudo levantar la segunda “orejona” de su historia.

Fuente: LA PATRIA