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Españoles extremeños en el Potosí colonial - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 30 de mayo de 2021

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Revista Dominical

Españoles extremeños en el Potosí colonial

30 may 2021

Por: Marco Antonio Flores Peca (*)

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La noticia del descubrimiento de un cerro que estaría formado casi enteramente de plata cruzó el Atlántico llegando a los oídos de muchas personas deseosas de mejorar su situación económica y saciar sus ansias de aventura. Así, de manera paulatina, llegaron al asiento minero de Potosí personas provenientes de las más diversas latitudes. Entre ellos, españoles provenientes de la región de Extremadura que deseaban seguir las proezas de más de una docena de grandes conquistadores oriundos de este lugar; entre los que podemos mencionar a Francisco Pizarro, Hernán Cortez, Vasco Núñez de Balboa, Ñuflo de Chávez y Francisco de Orellana, incansable explorador y obsesionado por la búsqueda de las riquezas de la legendaria “El Dorado”.

Está demás decir que los extremeños llegados a Potosí deseaban a toda costa preservar la fama de sus antecesores y llegar a consagrarse como dignos hijos de Extremadura, además, desde luego, de acumular una fortuna que les permitiera retornar a su empobrecida tierra natal y vivir cómodamente el resto de sus vidas. Sin embargo, no todos los extranjeros lograban convertirse en dueños de minas, ingenios o conseguir un empleo bien remunerado, por lo cual existían muchos foráneos o soldados sueltos que se dedicaban a la vagancia, al juego, o a la espera de un golpe de suerte.

Hábiles espadachines

Convivían en la ciudad de Potosí varios grupos que compartían una afinidad de cuna, y que por diversas razones llegaban a protagonizar disputas y encuentros sangrientos, en los que desde luego tomaban parte los belicosos extremeños. Arzáns (1737) señala que en el año de 1552 un grupo formado por extremeños, castellanos y españoles peruanos se enfrentó a otro grupo conformado por andaluces, portugueses y otros extranjeros, dejando como saldo 26 muertos y 60 heridos. Algunos ex soldados extremeños, como Vasco Godínez, habían ganado tal fama como diestros espadachines que las personas que querían retarlo a duelo recorrían grandes distancias, tan solo para perder la vida en los arenales de Potosí.

Para el año de 1582 encontramos en los Anales de la Villa Imperial una nueva disputa, esta vez involucrando a extremeños y vascongados, lamentándose el deceso de 18 hombres. Es a partir de esta fecha que algunos grupos hasta ese entonces encontrados y dispersos se unen visibilizando a los vascos como un enemigo común.

Vicuñas y vascongados

Para el año 1622 existían en Potosí dos bandos claramente identificados, por un lado se encontraban los vascongados que, según Alberto Crespo (1969), tenían un carácter muy utilitario, eran diestros en los negocios además de contar con los favores de la corona, lo cual les había permitido ocupar importantes puestos y llegar a ser dueños de minas, ingenios, entre otros. Por otro lado, estaban los denominados “vicuñas”, conformados principalmente por ex soldados castellanos, extremeños, andaluces y otros, los cuales estaban determinados a dar fin a la hegemonía del cabildo, el poder económico y el monopolio político de los vizcaínos, a los que culpaban de su pobreza. Además, los extremeños trataban de hacer valer su derecho de conquistadores, míticos guerreros, y hombres de armas que habían arriesgado sus vidas en la conquista del Perú pues, como indica Alberto Crespo, “los primeros conquistadores de Indias habían sido castellanos, extremeños y andaluces, pero, al cabo de algunos años, las riquezas del Cerro habían pasado a manos de quienes no las ganaran”. Es así que los extremeños sentían un derecho inexorable de tomar en sus manos los destinos de la Villa Imperial.

De la gloria al destierro

Para Quintana Jurgi (2002), esta tensa situación se agrava en 1622, cuando son llevados presos varios extremeños acusados de asesinar a un importante vizcaíno, lo cual da pie a una serie de luchas callejeras y encuentros sangrientos que se convierten en noticia habitual de la Villa. Los vicuñas, armados con espadas valonas, dagas, arcabuces y mosquetes, iniciaron una sangrienta persecución de los vascos, cuyos cuerpos inertes frecuentemente yacían en las desoladas calles. Fue tal el temor de los vascos que no tuvieron más opción que escapar de la ciudad, solicitar asilo en los conventos y hasta esconderse en los oscuros socavones del Cerro Rico de Potosí.

Tras arremeter contra los vascos, los vicuñas, a la cabeza de varios extremeños, realizan un atentado a la casa del corregidor Manrique Muñoz de Cuéllar por ser allegado de los vizcaínos. Esta acción fue interpretada como un ataque directo a la Corona española por lo cual los vicuñas son tildados de delincuentes, rebeldes y sediciosos siendo perseguidos y ajusticiados. Los excesos cometidos por las autoridades para dar cuenta con los vicuñas llegaron a reavivar la molestia generalizada de la población de indios y mestizos frente a la explotación minera, las penurias de la mita y los abusos de las autoridades que ya fueron evidentes en la conspiración protagonizada por Alonso Yáñez en 1612.

Para el año de 1625, los vicuñas habían sido vencidos debido a disputas internas y a la ejecución de la mayoría de sus cabecillas, cuyos cuerpos eran expuestos en la plaza principal o colgados en los balcones. No teniendo otra opción que el anonimato o el destierro, aunque esta guerra entre naciones fue sofocada, se convirtió en la simiente de futuros levantamientos en busca de la emancipación y mejores días para el conjunto de la población potosina.

BIBLIOGRAFÍA

Arzans de Orsua y Vela, Bartolomé (1737). Historia de la Villa Imperial de Potosí –

Tomo I. México: Imprenta Nuevo Mundo SA.

Arzans de Orsua y Vela, Bartolomé (1970) Anales de la Villa Imperial.

Crespo Alberto (1969) La guerra entre Vicuñas y vascongados Potosí 1622 – 1625. La Paz:

Colección Popular.

Kintana Goiriena, Jurgi (2002). La “nación vascongada” y sus luchas en el Potosí del siglo

XVII. Fuentes de estudio y estado de la cuestión. España: Universidad del País Vasco.

(*) Flores Peca es presidente 2020-2022 de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

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