Sábado 29 de mayo de 2021

ver hoy















Te observo sentada junto a la ventana
y el peso del mundo que encorva tu espalda;
me cuenta tu historia de guerras pasadas,
de noches de insomnio, de almohadas mojadas.
Silenciosa elevas tus manos al cielo,
como dos gacelas que buscan consuelo
y en días eternos envueltos de olvido,
desatas los nudos que otros anudaron.
De pronto percibes que estoy a tu lado,
encendiendo luces en el gris ocaso,
y no alcanzan verbos que pinten el cielo
cuando se reúnen quienes se han amado.
Y llenas de aromas tu espacio infinito
de sabores dulces, de fiesta en la mesa.
Campanas de risas y
abrazos que nutren,
tu presencia es grande, pues todo lo llena.
Cuando era pequeña y ya oscurecía;
mamá me arropaba, besaba mi frente,
llegaba Morfeo abriendo sus alas
y yo me colgaba, siempre sonriente.
Las lunas pasaron… detrás de los soles
y de tus caídas yo aprendí a pararme,
a ver en el otro la chispa divina
a pelear batallas sin.
desmoronarme.
Mas, alguna noche que espina mi alma,