Miercoles 11 de abril de 2012
ver hoy
Ocurrió aquí dentro de mi corazón:
Odié con pasión. Sembré enemigos que cultivé como árboles frutales. Recordé sufrimientos pasados como se recuerdan las lecciones antes del examen. Convidé a los insultos, al rencor y les hice un banquete. La ira desdibujó mis acciones, mi lenguaje y mi rostro. Juzgué tácitamente según mi criterio y castigué.
Así consentí mi muerte en vida.
Así no creyéndote te insulté y no obedeciéndote te azoté.
Así también fui cómplice de tu crucifixión.
La noche después de tu muerte tus palabras tocaron mi espíritu. Ya era tarde, pero comprendí mi error. Quise pedirte perdón pero nuestro crimen estaba consumado. Sufrí y lloré y no encontré ningún alivio a mi dolor.
El domingo que pasó se rumoreaba que te vieron. Hoy que es miércoles… ¡ya todos se alegran porque en verdad has resucitado!. Llevo estos tres días buscándote y te encontré jugando a las escondidas entre los más pequeñitos de un albergue. Llegué a ti de rodillas y supliqué tu perdón.
Hoy es el día más hermoso de todos y ya gozo las repercusiones de tu milagro.