Como hacer de las croquetas un placer sin culpa

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A quién no le gusta comer croquetas. Esas pequeñas delicias en todas sus variedades se han convertido el alimento preferido de muchos, bien sea como bocado o como ración para el almuerzo o cena. Lo cierto es que su jugosa masa combinada con el crujiente hace que sean de lo más apetecibles, pero lastimosamente son un gran pecado ya que aportan calorías al organismo debido a que están fritas.

A pesar que su sabor es increíble, lo cierto es que si se va a empezar una dieta o se está en medio de ella o simplemente se quiere perder unos kilos, las croquetas se convierten en un alimento totalmente prohibido, al menos durante el primer mes de dieta.

Un secreto para reducir las calorías finales de las croquetas, es introduciendo en la sartén las croquetas cuando el aceite esté muy caliente, es decir, cuando esté empezando a humear, así, de esta manera se creará una costra alrededor de la croqueta y evitará que esta absorba el aceite. Una vez se saquen del sartén se coloca sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Otra alternativa más sana son las croquetas de carnes blancas, como el pollo o el pavo asado, y siempre se pueden aprovechar las sobras de otras comidas. La carne de relleno no debe contener nada de piel y es fundamental eliminar toda la grasa. Las croquetas de verduras también son una buena opción. Aquellas delicias que lleven tocino, chorizo o beicon es mejor eliminarlas ya que el número de calorías aumenta considerablemente.

El rebozado es otra de las partes importantes de la preparación. Deberán tener menos rebozado y que sea dorado y crujiente que hará contraste con el interior cremoso. Es más saludable reemplazar el pan rallado industrial, por el pan rallado artesanal y casero.

Este plato no es que sea el más saludable a pesar de cocinarlo de una manera donde la mayoría de grasas se eliminan, pero sí se logra la versión más fit de las croquetas, ya que este “pecado” de vez en cuando es necesario cometerlo, eso sí, con moderación y haciendo el tamaño de la croqueta pequeño así dará sensación de mayor saciedad al ingerirlas. Para combinar en vez de tomar gaseosa es mejor siempre agua para no alimentar las grasas y hacerlo lo más saludable posible dentro de lo que cabe.

Pero la manera de volver más fitness a las croquetas es de la forma que te enseñaremos a continuación.

CROQUETAS DE POLLO, CALABAZA Y ACELGAS

Ingredientes: 1 calabaza, 1 taza de acelgas cocidas y picadas, 1 huevo, queso fresco descremado, pechuga de pollo cocida y pan casero rallado.

Preparación: hervir la calabaza o cocinarla en el horno hasta que se ablande, para después hacerla puré. Tras enfriar el puré en la nevera, añadir la acelga picada y el huevo. Realizar bolitas con la masa, en el centro colocar un cubo de queso fresco, un pedazo de la pechuga de pollo desmenuzada y pasarlas por pan rallado. Por último, llevarlas al horno a temperatura media con un poco de aceite de oliva en la placa. Por Aproximadamente 15 minutos, hasta ver que estén doradas. Retirar del horno y servir calientes.

CROQUETAS DE QUINUA

Ingredientes: 1 taza de quinua, 1 zanahoria rallada, 2 cucharadas de cebollín picado, ½ taza de almendra molida, 4 cucharadas de sésamo tostado, 1 huevo, sal y pimienta.

Preparación: lavar con agua fría una taza de quinua y escurrir bien. Hervir dos tazas de agua y añadir la quinua lavada. Dejar aproximadamente 20 minutos hasta que se consuma el agua o los granos de quinua se abran. Expandir sobre papel de cocina para que se enfríe y se vaya la humedad.

Por otro lado, precalentar el horno, picar el cebollín finamente, rallar la zanahoria y juntar la almendra molida y el sésamo tostado.

Mezclamos 200 gramos de quinua (la pesamos ya cocida) con el huevo batido, el cebollín y la zanahoria. Con la mezcla realizamos la forma de las croquetas, rebozarlas en el plato con la almendra molida y el sésamo, y colocarlas en la bandeja del horno sobre un papel vegetal. Hornear entre 10 y 15 minutos a 180ºC. Retirar del horno y acompañar con una ensalada fresca.

CROQUETAS DE BRÓCOLI

Preparación: 350 gramos de brócoli, cortado en pequeños (arbolitos), 1 cebolla morada, 1 papa cocida y picada, 75 gramos de queso parmesano rallado, 2 huevos, una pizca de sal, pimienta negra, nuez moscada, una cucharada de ajo molido y dos cucharadas de aceite de oliva.

Preparación: precalentar el horno a 200°C, forrar una bandeja del horno con papel vegetal y reservar. Después, colocar una cazuela con agua abundante al fuego y llevar a ebullición. Agregar el brócoli y blanquear durante dos minutos. Escurrir y colocar en agua helada para que se corte la cocción. Escurrir bien y retirar el exceso de humedad con papel de cocina (si lo preferimos, podemos triturar el brócoli crudo e incorporarlo al sofrito de cebolla salteándolo un par de minutos).

Tras ello, debemos cortar la cebolla finamente y dorar en un sartén con 1 cucharada de aceite de oliva, hasta que esté blanda. En un bol grande colocar el brócoli picado y la cebolla dorada, la papa picada, los huevos batidos, el ajo molido, el queso rallado, la sal y la pimienta al gusto. Mezclar con las manos hasta conseguir que se integren todos los ingredientes. Con las manos húmedas tomar pequeñas porciones y dar forma de croquetas. Traspasar las croquetas de brócoli a la bandeja forrada del horno. Para terminar, horneamos de 13 a 15 minutos por cada lado. Servir con salsa de yogur natural y limón.