Viernes 07 de mayo de 2021
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La gran interrogante… ¿Tenemos o no una política minera?. La respuesta es obvia, no tenemos política minera. Nadie recuerda sí hubo una o sencillamente no existió ninguna. La prueba es sencilla, dicen los expertos, no hay ningún proyecto conocido que se hubiera implementado para encarar el desarrollo del sector minero nacional, ni siquiera en situaciones extremas cuando este importante sector estratégico del desarrollo, requirió de un impulso financiero que lo coloque en condiciones de alta productividad.
El manejo de nuestros recursos naturales estratégicos, minería y metalurgia, por un lado y los hidrocarburos, petróleo (gas) por el otro, responden a una serie de condiciones más coyunturales y propiciadas por efectos políticos, que a una política delineada y definida en función del desarrollo nacional y por lo mismo bajo alternativas que comprometan responsabilidad gubernamental para priorizar su equilibrada explotación y su racional disposición para el consumo interno y un excedente de alto nivel para la exportación.
En el sector minero, estamos exportando concentrados mineralizados con alto contenido de variados elementos que son separados por los compradores para aumentar su calidad y precio, una tarea que deberíamos realizar en el país, para vender minerales de alta ley a buenos precios. Sólo el estaño comprado y fundido por la metalúrgica de Vinto, es el metal que exportamos con valor agregado y cuyo volumen de ventas a tenido que disminuir en el tiempo actual debido a los problemas financieros de la Fundición y la complicación que afecta a los distritos mineros proveedores de los concentrados de estaño.