El compromiso de la COB

La Central Obrera Boliviana, COB, se creó con el espíritu de reivindicar los derechos de los trabajadores, en el marco de la revolución de 1952, el 17 de abril de ese mismo año, si bien tuvieron una historia de enfrentamiento con el poder central, por muchos años, también fueron parte del gobierno junto al Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR, por otros tantos años más.

Durante el primer gobierno del MNR se crearon las milicias armadas, que eran campesinos y mineros que cuidaban al movimiento y al entonces presidente, Víctor Paz Estenssoro, para que el mismo pudiera mantenerse en el poder a cambio de los beneficios que obtenían de apoyar a dicho partido político.

La COB reúne a los sindicatos formados en las diferentes empresas y representa a sectores laborales como obreros, campesinos, profesionales y populares, además que la tesis de Pulacayo toma en cuenta a la clase media como parte de su fuerza laboral.

Con el Movimiento Al Socialismo, MAS, se crearon las fuerzas del orden no oficiales, como los llamados “policías sindicales”, quienes durante la marcha por el Día Internacional del Trabajo, sacaron a empujones a sus compañeros de lucha, los maestros, porque protestaron ante el Presidente por el incremento salarial que según ellos es ínfimo, mientras que para los empresarios es demasiado.

Está bien que como en la época del MNR, ellos quieran gobernar y formar parte del aparato político del país, para beneficiarse de esa alianza con el actual Gobierno, pero no deben olvidar que los maestros son también parte de la COB y que son las bases que los sustentan, a quienes representan y a quienes se deben, por lo que el compromiso en con ellos y no con la política.

Asimismo, quizás no está demás recordar a los dirigentes sindicales, a quienes forman parte de la cúpula de la COB, que su compromiso también es con los profesionales, quienes son discriminados y echados a menos por los gobernantes, ya que se puso en cargos estatales, en la mayoría de los casos, a personas que no tienen conocimientos para ocuparlos, por lo que la atención a la población es deficiente.

En general, sería ideal volver al ideal del Gobierno, que cuando ganó las elecciones de 2020 prometió gobernar sin rencor, sin odio, en pro de la unidad y la reconciliación, pero los discursos de odio hacia ciertos sectores, el afán de dividir a la población entre ciudadanos de primera y de segunda hará que se polarice más el país y sea más difícil llegar a una situación de hermandad, de armonía y paz, para la reconstrucción y desarrollo productivo del país.

En realidad, tanto la COB como el Gobierno, deben recordar que se deben a la ciudadanía boliviana en general, no importa si unos son más blancos o más morenos, si tienen apellido extranjero u originario, si son trabajadores o emprendedores, comerciantes o asalariados, todos merecen respeto y tienen los mismos derechos y deberes, enmarcados en las leyes y en la Constitución Política del Estado.EDITORIAL