La razón de por qué no lo vimos

Una vez que se denunció la contaminación del lago Uru Uru con botellas pet que inundan el mismo, llamó la atención de la gente, inclusive la noticia se difundió en el nivel internacional a través de televisoras que denunciaban el desastre ambiental en Oruro.

Un súbdito francés vino a conocer los atractivos turísticos de Bolivia, pero cuando llegó a Uyuni y visitó el “Cementerio de trenes”, vio que había demasiada basura, por lo que se propuso iniciar una cruzada contra los desechos sólidos y limpiar el lugar, a través de la red social Facebook, mediante un video grabado por él, convocó a la gente del pueblo, visitantes y autoridades que limpien el lugar, lo cual se logró en tres horas de trabajo.

Durante la limpieza muchos se preguntaban ¿cómo no vimos semejante desastre y contaminación? Haciendo un análisis somero, es posible que la razón sea porque ya nos acostumbramos, se hizo normal ver el lago inundado de botellas, algunas personas ni siquiera conocían ese sector de la ciudad, pero quienes llegan desde otros confines lo notan porque sus ciudades quizás no estén tan contaminadas o sucias.

Cuando una persona se encuentra en un ambiente cálido no notará el calor hasta que salga del mismo y vuelva a entrar, entonces notará la diferencia de temperatura y se dará cuenta de la realidad. Lo mismo ocurre cuando uno vive día a día una realidad, se acostumbra a no ver más allá y pasa por alto ciertos detalles que las personas llegadas de otros lugares sí notarán.

Cada que alguien llega a Oruro y nota la suciedad, la contaminación y los malos olores, nos rasgamos las vestiduras, los nombramos personas no gratas y enemigos de esta ciudad, inclusive algunas autoridades se enfrascan en juicios que no llegan a ninguna parte en lugar de utilizar ese dinero en algo más útil como la compra de contenedores para la basura, una planta de tratamiento de residuos sólidos, solucionar el problema de la planta de tratamiento de aguas servidas y el de las aguas ácidas que elimina la mina San José, además de diseñar campañas de concienciación de las personas para que dejen de ensuciar.

Hoy se inicia la tercera jornada de limpieza, aparte de la que había organizado a fines de marzo el alcalde electo y su gente, y uno se pregunta ¿y luego qué?, pues no se trata sólo de limpiar el lugar sino de mantenerlo limpio, por lo que debe empezar una campaña de educación y concienciación a la ciudadanía para que deje de contaminar.

Será difícil porque se ha adquirido la costumbre de usar los envases desechables para todo y los ciudadanos no saben qué hacer con ellos, pues no existe un lugar de acopio para su respectivo reciclaje y van a parar al botadero municipal o al lago, por lo que se debe hacer estudiar a fondo la situación y diseñar un plan integral para tratar todos los desechos y que cada familia aprenda a clasificar la basura entre orgánica, reciclable, tóxica, infecciosa y electrónica.