Domingo 21 de marzo de 2021

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Para Christine Liwag Dixon y otras, los tiroteos en Georgia que mataron a seis mujeres asiáticas fueron un capítulo nuevo y horrible en la vergonzosa historia de la reducción de las mujeres asiáticas a objetos sexuales.
“Hay personas que han supuesto que soy una trabajadora sexual o que, como filipina, haría cualquier cosa por dinero porque suponen que soy pobre”, dijo Dixon, escritora independiente y música en Nueva York. “Una vez un jefe en el trabajo me ofreció dinero por relaciones sexuales”.
Los tiroteos del martes en tres salones de masajes en Atlanta motivaron a mujeres asiático-estadounidenses a compartir sus historias de acoso sexual y degradación. Dicen que a menudo han tenido que tolerar a hombres racistas y misóginos que se aferran a la idea de que las mujeres asiáticas son exóticas y sumisas.
Elaine Kim, una coreano-estadounidense que es profesora emérita de estudios asiático-estadounidenses en la Universidad de California en Berkeley, recordó haber sido hostigada por jóvenes blancos cuando estaba en la secundaria. Más adelante, uno de sus estudiantes blancos hizo comentarios sexuales sobre las mujeres asiáticas en su clase y merodeó sus apartamentos.
Fuente: AP