Sector minero retrasa su desarrollo por ausencia de inversiones

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En el archivo de notas mineras de PM, encontramos una de septiembre 2010, en la que justamente se atribuye el atraso de la minería a la ausencia de inversiones. Un proceso repetitivo en tiempo y espacio, que no es tratado como corresponde en la instancia vigente de dos gestiones distantes, pero las mismas a cargo de la estatal minera, la Comibol.

La nota de marras, alude en ese tiempo que “los volúmenes de producción minera se estancarán por al menos los próximos dos años, debido a la falta de planificación para concretar nuevos proyectos mineros”. Se reconoce que esa paralización de actividades generaría efectos negativos en los índices macroeconómicos de Bolivia. Ésta última parte, la más concreta del proceso.

Si se analiza el contexto minero entre esas apartadas gestiones, resulta que hay una asombrosa proximidad en los hechos relacionados con la actividad minera de entonces y lo que se confrontaba en el último tiempo, hasta poco antes de la vigencia del coronavirus.

Para los analistas económicos, ante la realidad que se presenta con un “estrechamiento” de la producción general, además de diversas condiciones adversas, la actividad minera registra una caída lamentable en su rendimiento, hecho que es notorio en su presencia dinámica en la economía nacional al manifestarse serias restricciones que alteran las variables macroeconómicas programadas en el país y que no se cumplirán al reducirse las exportaciones de minerales y metales (estaño fundido).

Frente a esa realidad se hace necesaria la definición de estrategias que cambien el estado de situación y acometan planes de incentivo a la inversión nacional y extranjera para acometer proyectos de minería y metalurgia, que sean resultado de una renovada política de producción nacional, con prioridad de los sectores de mayor incidencia en la economía boliviana, como el tratamiento de nuestros recursos naturales no renovables, pero que por su presencia en el territorio nacional, posibilitaran una pronta recuperación de nuestra economía.

Hay que insistir en los cambios que deben permitir incentivar las inversiones, considerando que el futuro de la minería, depende del movimiento de capitales que aseguren su explotación y exportación, pero además incursionen en la industrialización metalúrgica de esa valiosa materia prima. Un ejemplo de la inversión privada como el caso de la empresa Las Lomas, al instalar la primera siderurgia en el país, nos muestra que decisiones profesionales, pueden aprovechar las inversiones con sentido práctico, por encima de negativas posiciones y malos augurios.

Fuente: Medios. PM.