Alegrarse de la desgracia ajena

Existe un dicho que señala que “nadie está libre de las desgracias”, y alegrarse por lo malo que le pasa a alguien no es un buen consejo, ya que a cualquiera puede llegarle, y de cómo lo enfrente depende de qué tan aferrado está uno a la vida.

A diario se lee o se escucha en las noticias sobre accidentes y otras desgracias, pero las personas se acercan a ellas con morbo y les gusta que se brinden detalles sangrientos y mejor si son ilustrados con fotografías, sin embargo, lo que se debe sacar de los incidentes que traen dolor y sufrimiento es aprendizaje para prever que esas situaciones se repitan.

Recientemente se entrevistó Erwin Tumiri, el mecánico de aviación que viajaba en el infortunado vuelo de LaMia que transportaba al equipo brasileño de fútbol Chapecoense, y fue uno de los 6 sobrevivientes, además sobrevivió a un accidente de ómnibus.

Lo que enseña la Biblia, mediante las vivencias de Jesús, es que se debe “amar al prójimo como a ti mismo” y además añade “ama incluso a tus enemigos”, porque no tiene sentido amar a quienes nos aman, en ello no hay tanto mérito, en cambio amar a quien nos hace daño y devolverle bien por mal es más difícil, por lo que el conseguirlo puede considerarse un verdadero triunfo del espíritu.

No obstante, también existen personas que se alegran con las desgracias ajenas, cuando se apresa a alguien, cuando se golpea a una persona, cuando alguien cae encima se la humilla y causa gracia la caída, ese tipo de emociones son negativas y no pueden justificarse.

Otro sentimiento negativo y que sólo atrae malas situaciones es la venganza. Es cierto que existe un dicho que señala que “la venganza es dulce”, sin embargo, no hay nada bueno en desear mal a otras personas y tampoco en hacerle daño a quienes nos dañan primero, pues como reza el refrán “la violencia sólo trae más violencia”, es decir, el deseo de vengarse trae más de lo mismo, es como un imán para las desgracias.

Bolivia está viviendo un tiempo especial, de mucha tensión y en cualquier momento puede estallar la violencia, en seis regiones los ciudadanos salieron a protestar porque se detuvo a la expresidente Jeanine Áñez y dos de sus ministros, con lo que se buscaría consolidar la versión del partido que gobierna actualmente el país, de que hubo un “golpe de Estado”, cuando en 2019 se desató la violencia y sumaron los pedidos de que el entonces presidente renuncie, luego de denunciar un fraude electoral que luego fue confirmado por la Organización de Estados Americanos, OEA, y el oficialismo niega.

Más allá de alegrarse por la desgracia ajena, al parecer el partido gobernante lo que busca es venganza, aunque su discurso es la búsqueda de la justicia, aquella que es ambigua ya que lo que para unos es justo no lo es para otros, en todo caso, cuando un político llega al poder, sea de derecha o de izquierda, no lo hace para vengarse de sus verdugos del pasado, sino para servir a la comunidad a la que representa.