El hogar como centro de enseñanza

El hogar se constituye en un enfoque de educación que ayuda en las exigencias y los desafíos, que a diario se presentan a los adolescentes y jóvenes en su vida cotidiana.

Es necesario prepararse para vivir, aprendiendo formas o habilidades para empoderarse y tener una relación individual, como la búsqueda de sus objetivos comunes y la mejora continua, la capacidad como persona, vivir gozosamente y participar en una sociedad totalmente mejorada.

El hogar es un centro de enseñanza, para que las habilidades aprendidas se constituyan en una práctica psicosocial activa, estos aspectos se aplican en las acciones personales y las relaciones sociales, transforman el entorno a partir de la salud y el bienestar.

El problema en los adolescentes es que enfrentan dificultades en su salud, por no recibir una orientación oportuna y ello los conduce a tener riesgos.

Es por eso que en la adolescencia se presenta una época de desafío, ya que la relación con los padres, sus pares y otras personas se hacen demasiado difíciles y complejas. Sin embargo, una relación social efectiva es un factor crítico y la autoevaluación ayudará a cerrar la brecha entre la situación actual y la situación futura.

Para conseguir un bienestar es necesario aplicar habilidades emocionales que sirven para aprender a manejarlas, en un mundo de emociones y sentimientos, logrando mayor comprensión con el propio mundo efectivo y el de las demás personas, enriqueciendo la vida personal y todas las relaciones interpersonales para vivir en mejores condiciones.