Jueves 11 de marzo de 2021

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Por costumbre que cada alcalde hereda de su antecesor, una de las primeras promesas en ciudades de La Paz y Oruro es “llenar de árboles” laderas y sitios alejados de ambas ciudades a más de “llenar de verdor calles y plazas”. La realidad, una vez en el cargo ambos alcaldes, es que no se recuerda nada, y además, “hay mucho que hacer porque el antecesor no hizo nada”. Para empezar, se miente sin constar ni verificar nada de lo que se sostiene.
Ambas ciudades, La Paz y Oruro son ciudades depositarias de promesas y juramentos que no se cumplen “porque, como ya pasaron las elecciones…” Casi simultáneamente, se sostiene. “Diez mil arbolitos serán plantados”. Así, Pura-Pura en la ciudad del Illimani y plazas en Oruro, sólo se muestran desérticas y, como decía
Don Pantaleón Dalence: “son ciudades ejemplo de calvicie por ser desiertas”.
Y qué decir de los Consejos Municipales donde se discute “sin ton ni son” y también se propicia “inaugurar un cultivo masivo de árboles” y nada se hace. Cabría preguntar a los nuevos alcaldes y su equipo de auxiliares o concejeros: ¿Cumplirán alguna vez? ¿Entenderán que han sido elegidos para servir y no servirse del cargo? El pueblo espera que alcaldes y concejales cumplan lo prometido en campañas.