El esperado silencio electoral

Son 14 candidatos para la Alcaldía y 9 para la Gobernación en Oruro, ayer la mayoría cerró su campaña, algunos con ferias, con caravanas y unos más con ruidosas fiestas, pese a la época de pandemia que se vive en el país y la obligación de guardar la distancia entre personas.

Al declararse el silencio electoral, quizás las ciudades vuelvan a la calma, ya que en especial las campañas para las elecciones subnacionales del domingo 7 de marzo, próximo, fueron bastante peleadas, y no porque los candidatos tuvieran muchas y grandes propuestas, sino porque literalmente se pelearon a golpes, con insultos, denuncias de todo tipo, falsificaciones de publicaciones y hasta una gasificación, en síntesis, una verdadera guerra sucia entre unos y otros postulantes, no sólo en Oruro, también ocurrió en los diferentes municipios de Bolivia.

No obstante, este tiempo, que sirve para la reflexión antes de ir el domingo a sufragar por la que parezca la mejor opción para cada quién, habrá que hacer el esfuerzo de analizar las propuestas que quedaron en el aire, estudiar la conducta que tuvieron los candidatos y el perfil de cada uno, durante la campaña, para elegir a representantes probos y que tengan ganas de trabajar por su tierra, y sobre todo que tengan vocación de servicio porque para eso se elige a los líderes, para que sirvan a la patria y no al revés.

Cualquier persona que quiera progresar en la vida debe analizar cuál es su vocación y sus talentos, para ponerlos al servicio de los demás, en especial quienes en el futuro próximo serán ejemplos a seguir y guías para el resto de la ciudadanía, por lo que su conducta debe ser intachable.

Quienes sean autoridades electas, deben entender además que el papel de la prensa no es derrocar gobiernos, sino que está ahí para cumplir una función fiscalizadora y que vele por los intereses de la región y su gente, así es que a partir de su designación como líderes de la ciudad y del departamento deben demostrar conductas intachables para que luego no se quejen y hagan de los periodistas sus enemigos.

Mientras tanto, el domingo, la ciudadanía debe asistir de forma ordenada y tranquila, por supuesto, observando todas las normas de bioseguridad para no exponerse ni exponer a sus semejantes al contagio del coronavirus y hacer que los comicios del 7 de marzo sea una verdadera fiesta democrática. Por supuesto que algunas personas aprovecharán para instalar sus puestos de venta en las puertas de los recintos, para ellos también la recomendación de mantener las medidas de bioseguridad para evitar la propagación del mortal virus.

Comienza un periodo de templanza y reflexión, en que se vivirán días más calmos, pero que servirán para preparar a los electores a afrontar una jornada en la que deban elegir al mejor candidato y que en los festejos posteriores también exista esa tranquilidad, porque así como hay que saber ganar, hay que saber reconocer la derrota. De nuestra parte sólo resta desear que gane el mejor.