Una idea que no muere

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Bajo el epígrafe “Una Idea que no muere”, escribo éstas líneas, en homenaje a los cuatro años del deceso, del: Director – Gerente, Patrón, Jefe, Periodista, Amigo y compañero de trabajo, Don: MARCELO ALFONSO MIRALLES BOVÁ, que por esas cosas del destino, un 28 de enero de 2017, deja éste Mundo, “lleno de incomprensiones”, en fatídico accidente automovilístico, cuando retornaba al país, de Ilo-Perú, después de gozar alegre vacación de verano, llena de sosiego, gozo y felicidad, junto a su amada esposa, doña: MIRIAM VICTORIA IPORRE RIVERO, cariñosamente conocida como “Doña Mirita”.

Sería el destino, que lo arrastró, a MARCELO al país vecino del Perú, cuando tenía en mente veranear en Iquique-Chile, según me comentó, al recordar el viaje realizado, años atrás, representando al Periódico LA PATRIA, invitado por la Cámara Nacional de Comercio del país vecino, al que tuve la suerte de acompañarlo, al que también asistieron, ejecutivos y periodistas de importantes matutinos nacionales, como: El Diario, Los Tiempos, El Deber, La Razón, Página Siete, para asistir a actos de la homenaje a las “Bodas de Plata” de esa institución empresarial del país transandino.

MARCELO, era una persona excepcional, dentro de la actividad periodística, no solo como ejecutivo del matutino, sino como empresario, que, al igual que su señor Padre, Don Enrique Miralles Bonnecarrere, pasa a convertirse en leal y acérrimo defensor de la Libertad de Expresión, haciendo frente a los embates que sufría la Prensa Nacional y LA PATRIA, en particular, cuya historia, está escrita sobre atentados físicos (intervención a sus talleres), económicos. (restricción de publicidad con recursos del Estado) y hasta agresiones al personal de periodistas, y trabajadores. Incansable crítico de la corrupción gubernamental, el abuso de poder, la diatriba y la mentira descarada de los jerarcas que gobiernan el país.

Fue Valiente en discursos circunstanciales, al echar en cara a los gobernantes de turno, las atrocidades que cometían contra la Libertad de Expresión y los intereses de desarrollo regional, cuya prioridad fue misión y línea política de LA PATRIA, establecidos desde su creación, como legado del Fundador, Don Demetrio Canelas.

MARCELO, ocupó importantes cargos directivos en la Asociación Nacional de la Prensa, (ANP), entidad defensora de los medios escritos privados del país, siendo otra trinchera para hacer respetar la Ley de Imprenta, bajo los parámetros de que, “La Prensa, es una necesidad vital para las extensas y complejas sociedades a las que pertenecemos y en la medida que éstas sociedades se extiendan aún más, su importancia se incrementará”; convocando a constatarlo; aseguraba: “sin la Prensa, ya no es posible gobernar ni oponerse, aprender a convencer, trabajar o distraerse, comprar o vender”. Sentenciaba también, que: La Prensa, no es suficiente para nada, pero es necesaria para todo y a todos. La Prensa expresa y cristaliza las opiniones.

Como viajero incansable, MARCELO, siempre presto a otorgar facilidades al personal redactor y fotógrafo de su periódico, se constituyó en el personaje principal para la cobertura de la información en general, guiando el vehículo de su propiedad; pasando largos ayunos, consumiendo algunos alimentos y bebidas que se podían conseguir en camino, si el tiempo así lo permitía; pero jamás faltaba el cigarrillo, que calmaba la tensión y los nervios propios del viaje y los viajeros, para alcanzar el objetivo a cumplir; uno de esos viajes, incluso estaba a punto de abortar, por los altos riesgos que representaba el recorrido, en medio de los disparos de armas de fuego, durante el enfrentamiento entre mineros, campesinos, policías y efectivos del Ejército, en la toma de la Minas: Amayapampa y Capacirca, Norte de Potosí, que dejó varios muertos y heridos, cuya información, fue publicada en extenso, incluido fotografías; constituyéndose LA PATRIA, en el único medio escrito del país que ofreció la triste noticia al pueblo de Bolivia. MARCELO MIRALLES, Rómulo Bracamonte y Fidel Escalera, colocando un pañuelo blanco a lo alto de la antena de radio receptor de la vagoneta, de su propiedad, viajamos en medio de un día lúgubre, con cielo cubierto por densas nubes y una oscura noche, que presagiaban el luto en la zona, donde ocurrió el enfrentamiento fatídico, siendo el retorno a nuestra base Oruro, con el material periodístico, muy complicado, al haberse producido bloqueos de la carretera Uncía – Huanuni – Oruro, viéndose obligado, MARCELO y su equipo de prensa, redactor y fotógrafo, buscar una vía alternativa, por la cumbre de Uncía, hacia Jank´ocota, siguiendo por el rio hacia Challapata y Oruro, llegando a las instalaciones del Periódico, donde aguardaba el Jefe de Redacción, el Lic. Humberto Cabezas Selaya, para compaginar la información y fotografías y enviarlo al taller para su publicación.

Fue en otra ocasión y a principios de año, en que la amada esposa de MARCELO, doña, Miriam Victoria Iporre Rivero, al igual que su Padre, Don Enrique, se incorporaba a los viajes que se llevaban a cabo a diferentes puntos de la geografía nacional y local, siempre detrás de la cobertura de la información; demostrando ese amor que le tenía a su esposo, Doña Miriam, en esa ocasión y cuando el reloj marcaba las 02:15 horas, se sumó al viaje emprendido, rumbo a Tambo Quemado, al ser informados por los funcionarios de la División Accidentes del Organismo Operativo de Tránsito de Oruro, sobre un siniestro con graves consecuencias y fatales desenlaces, que implicó a ocho vehículos motorizados, entre: camiones, jeeps, vagonetas, camionetas y hasta un bus, que habían caído a las gélidas aguas de un caudaloso río, que al haberse desbordado arrasó la estructura de un puente, por el que pasaban estos vehículos motorizados, en distintas direcciones, llevándose tres camiones y cinco vehículos pequeños, además de la mercadería, contenida en material escolar, que era transportado a Bolivia desde Arica – Chile, en los camiones y el bus, siniestrados, que dos volcaron en el cauce profundo del río, cuya fuerza del agua, arrastró varios metros, dañando la carrocería y la carga que transportaban.

Muy conmovida la esposa de nuestro Jefe Amigo, participó en el rescate de algunos enseres, que el agua arrastraba hacia el cauce del río, con el propósito de evitar a las víctimas del siniestro ocurrido, mayores pérdidas de sus enseres y mercadería que transportaban hacia el país, ante la mirada alucinada de personas que se congregaban en el lugar, sin comprender las circunstancias del fatídico accidente que cobró varias vidas y causó lesiones, de pasajeros, chóferes y personal de la Aduana Nacional de Tambo Quemado, junto a sus acompañantes, que quedaron atrapados en sus vehículos y al no hallar escape, murieron ahogados, unos y otros por la fuerza del impacto, al estrellarse contra el cimiento del terraplén, del puente que desapareció por efecto de la riada.

Toda la información y fotografías, tras el trágico suceso, fue seleccionado y recién se publicó un día después de lo ocurrido. El retorno a Oruro, fue tedioso, pero contentos los que formaron el equipo periodístico, al que se incluyó, la esposa del Director - Gerente, señora, Miriam Victoria Iporre Rivero, que invitó el desayuno “americano” en un restaurant de Patacamaya, para seguir el retorno hasta nuestra ciudad.

En nuestro homenaje al cuarto año de fallecimiento de Don MARCELO ALFONSO MIRALLES BOVÁ y su digna esposa, Doña MIRIAM VICTORIA IPORRE RIVERO, expresó mi sentimiento de dolor, por tan infausta desaparición, llevándose su ansiado proyecto de convertir al Periódico LA PATRIA, en una editorial de grandes dimensiones, moderno, que puede ser realidad, con el impulso de sus descendientes que ahora están a cargo del Matutino LA PATRIA, que para los orureños es “como el api de cada día”.

Paz en la Tumba de los esposos: MARCELO ALFONSO MIRALLES BOVA Y MIRIAM VICTORIA IPORRE RIVERO.

Pdsta. Rómulo Bracamonte Mercado.

Fotografías: archivo Fidel Escalera Vargas y el autor.