Es hora de hablar claro, sin resquemores. Estamos viviendo una época distinta a la de los siglos XIX y XX. El problema marítimo para los bolivianos, es un tema que cobra importancia y actualidad permanente porque la lesión inferida por el país vecino no cicatriza, trata más bien complicarse peor si al menos los causantes de la tragedia no reparen a tiempo esa injusticia.
Transcurrieron 133 años de aquel trágico acontecimiento y no existe posibilidad de solución porque el tratamiento bilateral no funciona debido a la obstinada conducta del vecino.
El asalto al puerto y población pacífica de Antofagasta el 14 de Febrero de 1879 protagonizado por la oligarquía chilena con el asesoramiento y apoyo logístico del imperialismo inglés fue el inicio de una guerra no declarada. Esa agresión no fue al azar o causal sino premeditada y planificada con mucha anterioridad, anteceden otros hechos similares que los demostraremos con datos precisos.
Según la historia, que es una fuente de información imparcial, la República de Chile fue fundada sobre "...una angosta faja aprisionada entre el mar y la montaña abrupta e insalvable, poseedor de un territorio pobre, una economía reducida”. Ante esta cruda realidad, los diferentes y sucesivos gobernantes de la época comenzaron a cavilar por dónde y cómo salir del atolladero, de donde se desprende la iniciación de trabajos exploratorios y de espionaje en el territorio boliviano, especialmente en las zonas de mayor riqueza natural, el resultado de los operativos se explica a través de sucesivos actos violatorios a la soberanía de Bolivia, cuya relación de hechos, aunque abstractamente, la detallamos.
El año 1832, durante la gestión gubernamental de Joaquín Prieto, se produce la primera apropiación arbitraria e ilegal de la mina de plata Chañarcillo ubicada en las cercanías de Copiapó por entonces dependiente de la gobernación de Potosí.
La producción óptima de dicha mina permitió mejorar la apremiante situación económica y financiera de Chile aparte de permitir la adquisición del equipamiento militar y con la utilización de ese material bélico enfrentó a la Confederación Perú Boliviana en 1836.
En 1841, los franceses Máximo y Domingo Latrille domiciliados en el puerto de Cobija, en compañía del "chango" boliviano Hermenegildo Coca, experimentado cateador de minerales cierto día emprenden un viaje con carácter explorativo por la zona desértica y durante ese empeño encontraron un depósito de guano de incalculable valor, proveniente de aves marinas, aparte de una fabulosa riqueza salitrera en toda la región, fascinados por esas maravillas retornaron al puerto para informar a las autoridades pertinentes sobre el particular.
La filtración de la noticia no se dejó esperar. Las autoridades del Puerto recibieron dicha información con absoluta serenidad a diferencia de los pobladores especialmente de procedencia chilena, para quienes era una alegría y oportunidad de hallar una fuente de ocupación. En efecto algunas empresas capitalistas y otras agrupaciones sociales constituidas al azar pertenecientes a la República de Chile se dirigieron mediante cartas a las autoridades bolivianas solicitando áreas de trabajo para la explotación de aquellas riquezas, las que fueron atendidas prestamente sin ninguna exigencia ni garantía, menos se les ocurrió sospechar la siniestra intencionalidad y la doble moral de los adjudicatarios, circunstancia favorable que fuera aprovechada por numerosas familias chilenas para su asentamiento a lo largo de la región fronteriza, inicialmente con motivos de trabajo, pero en el fondo otro era el propósito, el de la ocupación paulatina del territorio boliviano, atraídos por la riqueza que ofrecía dicha zona.
El año 1842, el presidente Manuel Bulnes mediante ley declara de “prioridad nacional las guaneras que existen en la provincia Coquimbo en el Litoral de Atacama y en las islas e islotes adyacentes”, años después, concretamente en 1844, a través de otro instrumento legal crea la provincia Atacama, apropiándose del territorio boliviano e incorporando al suyo porque nunca existió en el mapa de Chile registro de nombre Atacama.
A partir de 1842, aprovechando que la zona fronteriza de lado boliviano se hallaba desguarnecida, se llevaron ingentes cantidades de guano en sus fragatas "Luinera" y "Lacaw" para negociarlos en Inglaterra o Estados Unidos. Es otra forma de enriquecimiento ilícito a costa de los recursos económicos, de Bolivia, mal adquiridos.
El tratado del 10 de agosto de 1866 suscrito durante los gobiernos de Mariano Melgarejo de Bolivia y José Joaquín Pérez de Chile, mediante el cual Bolivia cedía graciosamente parte del territorio nacional desde el "paralelo 24 latitud meridional hasta los límites orientales de Chile". No sólo eso. El acuerdo en cuestión en su artículo segundo disponía que ambas repúblicas se "repartirán por la mitad los productos provenientes de la explotación de los depósitos de guano descubiertos en Mejillones y de los demás depósitos del mismo abono que se perciben sobre los derechos de exportación que se perciben sobre los minerales extraídos del mismo espacio de territorio que acaba de designarse".
Por último, el resultado final de la injusta guerra de 1879 significó para Bolivia la pérdida de su Departamento Litoral junto a sus puertos y playas marítimas, y lo peor que en ese territorio se encuentra la mina de cobre Chuquicamata la más rica en yacimiento de oro rojo, gracias a la explotación de esos minerales Chile actualmente ostenta el perfil de una nación próspera porque reporta al erario nacional millones de dólares anuales.
Esa es la razón para que Bolivia insista no sólo en un puerto con soberanía sino exige la reposición territorial porque el asalto y la tenencia arbitraria no le dan el derecho de propiedad.
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