La magia de soltar

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Los apegos, aunque no nos demos cuenta, nos causan mucho dolor, por eso es necesario soltar, que no quiere decir hacer un sacrificio o decir adiós, no se trata de pelearnos o enojarnos, porque no sólo soltamos las cosas materiales sino también las relaciones o a las personas que no suman en nuestra vida o que nos están trayendo dolor; soltar es dar gracias por lo vivido, gracias porque lo que estaba en nuestra vida, nos trajo enseñanzas pero ya no lo necesitamos más, ya no nos construye ni nos aporta nada.

No podemos tenerlo todo en la vida, pues no alcanzaríamos a sostenerlo. Cuando un vaso se llena de agua, mientras no lo vaciemos no podremos seguir echando agua u otro líquido, porque inevitablemente rebalsará; lo mismo ocurre en nuestra vida, debemos renunciar a algunas cosas para obtener otras, si no dejamos ir lo viejo no habrá espacio para lo nuevo.

Para deshacernos de todo ello debemos comenzar por desechar las cosas que ya no nos sirven, vender o regalar lo que otra persona puede estar necesitando pero a nosotros no nos aporta nada, y compartir el dinero que tenemos, hacer obras de caridad.

Existen personas que llegan a nuestra vida para quedarse, pero otras vienen sólo para enseñarnos algo y luego pasan y se van, porque cumplieron su misión y ya no las necesitamos más, a aquellas debemos dejarlas ir pero no con rabia o resentimiento, sino con amor, con gratitud por lo que trajo a nosotros.

A veces, por el miedo a quedarnos solos nos mantenemos en una relación que ya no nos ayuda a crecer y trae sólo sufrimiento, es mejor terminar con ella, con amor y gratitud. Renunciar a compañías falsas, a veces por no querer estar solos, no sólo nos aferramos a una pareja, sino a amistades que no nos construyen, esas que nos adulan pero apenas nos damos la vuelta hablan a nuestras espaldas.

También ocurre que solemos crearnos expectativas, esperamos algo de los demás, pero cuando eso no llega sentimos la frustración, que nos provoca también enojo, y a veces resentimiento, por eso es necesario soltarlas, cuando dejamos de esperar algo de los demás seguro que comenzaremos a recibir más sorpresas que frustraciones.

Muchas veces nos quedamos en un trabajo que no nos llena ni disfrutamos, sólo porque es nuestra fuente de dinero, pero es mejor hacer lo que disfrutamos, lo que amamos, lo que nos encanta y el dinero llegará por añadidura. Nos quedamos en lugares que no nos agradan pero es lo que hay, y así es cómo sobrevivimos sin felicidad, con frustración y llenos de ira.

También debemos soltar el ego, lo que quiere decir, dejar de querer impresionar a todo el mundo, dejar de vestirnos y arreglarnos para parecerle mejor a otras personas, renunciar a la necesidad de mostrarnos más interesantes o inteligentes ante los demás, eso está reservado para sentirnos bien con nosotros mismos.

Si queremos alcanzar la felicidad plena debemos buscar la libertad, librarnos del deseo de tener todo bajo control, de controlar a las personas y todas las situaciones, renunciar a la necesidad de tener siempre la razón. También nos liberamos cuando aprendemos a perdonar, el perdón es fundamental, porque no deja a la otra persona sin culpa sino que nos libera de lo que nos pesa, del odio y del rencor que nos envenenan.

Además debemos aprender a amar lo que tenemos y ser agradecidos con todo lo que llega a nuestra vida, inclusive las situaciones que consideramos malas, pues si algo no llega para traernos felicidad, lo hace para brindarnos enseñanzas. Luego, preparémonos para recibir lo que nos llegará, que seguro será mucho mejor de lo que dejamos ir.

Lic. en Comunicación y Periodismo, Woman coach, coach Ontológica, certificada en Bienestar Emocional, Liderazgo, Oratoria y Programación Neurolingüística. Cel.: 76141388