Momentos de incertidumbre

En lo que va del año ya es notorio el advenimiento de momentos de incertidumbre que tendremos que enfrentar, al ver que la atroz pandemia no tiende a desaparecer.

Las familias bolivianas que soportan una ruina moral por efecto de la crisis sanitaria, tienen la firme voluntad de cumplir con las prescripciones médicas haciendo un extraordinario esfuerzo sin distinción de clases.

Ello significa actuar con gran responsabilidad al estar en juego la vida misma debido al alto índice de contagios que vienen provocando un considerable número de muertos.

Viendo ese cuadro desesperante no es dable que haya argumento político tratando de culpar a quienes pasaron por el gobierno por lo que sucede para querer justificar lo que se hace para superar el mal, pidiendo a la población sepa aguantar el coronavirus, descartando inclusive una nueva cuarentena como medida preventiva.

A ello también se suma la arrogancia que muestran los candidatos a ser gobernadores y alcaldes cuando dicen tener en sus manos la manera de superar la tragedia lanzando arengas que son medias verdades, sólo con el objetivo de conseguir el apoyo ciudadano a través del voto en las urnas.

Frente a esa circunstancia de juicio falso, es ponderable ver a las personas de avanzada edad preocuparse en el cuidado de sus nietos brindándoles su bondadoso respaldo para que no estén expuestos al virus que molesta a todos.

En ese empeño es digno mencionar lo dicho por una señora en edad octogenaria al recordarnos que Dios es quien dispone el futuro destino del hombre y la mujer desechando cualquier contingencia, incluso la guerra, como un medio que pueda acelerar la desaparición física de la humanidad.