Martes 23 de febrero de 2021
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Ahora recién sale a la luz la irresponsabilidad con la que se manejó nuestro campanario, al escuchar y leer declaraciones de las autoridades que se aprestan a dejar el cargo señalando que todo nuevo proyecto no podrá ser ejecutado, creando un sombrío panorama para más adelante.
Frente a ese agravio, los verdaderos orureños sabremos responderles con el trabajo diario en base a una mística de unidad que nos permita enfrentar un decenio lleno de desafíos y así no estar bajo la maligna gestión de total desventura, viendo cómo en otros departamentos se vive en permanente y fulgurante desarrollo por obra y gracia de sus propios hijos.
Debe haber una conjunción de ideas para emprender procesos que signifiquen un verdadero des-pegue económico y social con la convicción de hacer palpable realidad el hecho de que Oruro sea una gran empresa estratégica de Bolivia.
Más allá de las personas que asuman la conducción del Gobierno Autónomo Departamental y del Gobierno Autónomo Municipal, recordemos que está en nuestras manos el mejorar las condiciones de vida y no seguir lamentándonos de tener la mala suerte de contar con autoridades que a lo largo de su mandato demuestran poca voluntad de servir a Oruro.