La imagen corporativa del Gobierno

A mediados del mes de enero, el Gobierno presentó un imagotipo, construido con unos dibujos que representan los tejidos de diferentes culturas que conviven en el país, formando una chacana o cruz andina, como la nueva imagen institucional del mismo.

Según el manual de identidad, presentado junto al imagotipo, el cual explica el significado y el uso que se daría al mismo, “todas las instancias gubernamentales deberán utilizar la “Imagen Gobierno” como ministerios, embajadas, instituciones descentralizadas, autoridades de fiscalización y control”, por lo que se retiraron los escudos de armas de las cartas oficiales y de las embajadas, como denunciaron bolivianos que viven en el exterior.

En algunas reparticiones de Bolivia, el escudo de armas también fue retirado, aunque ante las denuncias y protestas de los ciudadanos bolivianos, se indicó que se retiraron para volver a colocarlos en algunos lugares donde la humedad había afectado al símbolo nacional y que en breve volvería a su sitio.

La sustitución del escudo de armas es inconstitucional porque el mismo está consignado en la Constitución Política del Estado, CPE, elaborada y aprobada por el Gobierno del Movimiento Al Socialismo, MAS, que en la actualidad ocupa el lugar de poder en el Legislativo y Ejecutivo. Según el artículo 6, inciso II de la ley de leyes “Los símbolos del Estado son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde; el himno boliviano; el escudo de armas; la wiphala; la escarapela; la flor de la kantuta y la flor del patujú.”, en ningún lugar señala que es un símbolo nacional el imagotipo del actual Gobierno.

Está bien que el Gobierno quiera presentar una imagen institucional que lo represente, las autoridades están en su derecho, pero Bolivia no es una empresa privada en la que su presidente puede decidir por sí mismo sobre la imagen del país, en todo caso se debió llevar a consulta o referéndum, si los bolivianos están de acuerdo o no en que se sustituya el escudo de armas, que hasta el momento nos representaba.

Si bien el pueblo delegó autoridad en determinadas personas, a través de una elección constitucional, eso no quiere decir que exista un abuso de poder, que una persona o un grupo perteneciente a un partido político decida qué símbolo representará mejor a toda una nación, en este caso a un conjunto de naciones, agrupadas en un solo Estado, sin una consulta previa.

Es atribución del Estado, representado por el Gobierno: “Constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin discriminación ni explotación, con plena justicia social, para consolidar las identidades plurinacionales.”, pero sustituyendo uno de los símbolos que ha representado a sus ciudadanos desde que Bolivia nació a la vida libre, lo único que logran es el descontento generalizado y enfrentamientos entre quienes defienden esa imagen más corporativa que institucional, y los que desean la restitución del escudo de armas.