Política contaminante

En las campañas políticas del pasado fuimos testigos de cómo los diferentes partidos pintarrajeaban las paredes y dejaban banderas por doquier, las que luego se dejaban hasta la siguiente elección, tanto tiempo que terminaban por desintegrarse por las inclemencias del clima, pero de que haya habido alguno que limpiase su desastre pasados los plebiscitos, no se vio un solo ejemplo.

Las formas tradicionales de hacer campaña eran las caravanas y grandes concentraciones de gente, donde los políticos hacían promesas, a ser cumplidas, supuestamente, durante su período de gobierno, algunos inclusive organizaban chocolatadas, entrega de víveres, conciertos y otras formas que significaban la congregación de numerosos públicos de personas.

En la actualidad ha cambiado el panorama, no mucho, pero lo hizo por la presencia de la pandemia del coronavirus en la sociedad, ya que no se puede aglomerar a un gran número de personas, puesto que eso significaría propagar aún más el virus y que la enfermedad permanezca en el país, cobrándose más vidas.

Lo que sí han innovado es que cada casa de campaña se coloca una frente a la otra, con parlantes a todo volumen que presentan la canción oficial del candidato o tienda política, provocando contaminación acústica, pues ni siquiera se sabe a qué candidato están apoyando ya que las canciones de unos y de otros se mezclan, provocando más ruido que música.

Pero no se puede meter a todos en una misma bolsa y no todos son inconscientes de la contaminación que están provocando, existen candidatos que se dedicaron a mejorar el medio ambiente, realizando obras de reforestación o atendiendo a los animales de la calle con comida y agua, lo cual es positivo y habla bien de los sentimientos de aquellos hacia su tierra.

En lugar de guerra sucia o contaminación, visual, acústica o ambiental, todos los candidatos deberían dar una muestra, aunque pequeña de lo que serán capaces de hacer una vez que lleguen a la silla correspondiente, sea edil o de la Gobernación, como señala el dicho, “para muestra basta un botón” y no necesitan realizar grandes obras, porque su presupuesto no les alcanzaría, pero al menos, con el dinero que les asigna el Órgano Electoral, podrían hacer algún bien a la sociedad.

Algunas ideas buenas las mostraron unos cuantos candidatos, por ejemplo, plantar arbolitos en zonas donde no existen, dar de comer y beber a los perros callejeros, limpiar algunos barrios de la ciudad. Otras que se pueden realizar son colocar contenedores de basura u organizar campañas de concienciación, aunque sea vía virtual, para el cuidado del agua, para que no se bote basura en cualquier parte, para proteger a los animales, a las plantas, para que las personas cuiden las obras que se entregan y las que ya están hace tiempo.

También se pueden organizar actividades para incentivar a la lectura, para enseñar algún oficio, ayudar a que las personas se disciplinen, ayudar a mejorar el rendimiento escolar y universitario, se pueden impartir clases gratuitas de materias básicas como matemáticas o lenguaje. Existe un sinfín de ideas para ayudar a la sociedad y sería la mejor campaña que un político podría hacer para ganarse el favor de los electores, sin dañar ni contaminar nada.