Sábado 13 de febrero de 2021

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Rechazando la censura y el hostigamiento a la libre expresión, artistas, intelectuales y periodistas salieron a las calles de La Habana logrando doblegar el impulso de la policía castrista de querer usar la violencia para contener o castigar a los manifestantes que pedían no acallar a quien defiende la libertad y la iniciativa individual de razonar.
Ese singular movimiento de los patriotas cubanos hizo que el gobierno comunista escuche los planteamientos de los amotinados quienes reiteraron no estar de acuerdo con la persecución hostil de que eran objeto los entes pensantes.
Haciéndose eco de ese acontecimiento varias organizaciones que agrupan a periodistas latinoamericanos recordaron que la defensa de la libertad de prensa es inconmovible en su esencia porque garantiza la soberanía como cualidad innata del pueblo.
En mérito a esa categórica postura, los estamentos institucionales de los trabajadores de la prensa boliviana deben tomar partido de esa afirmación aglutinando esfuerzos para redimir la profesión, sacándola de una esclavitud en la que se ve postrada gracias a los que gobiernan con el mito de la inefabilidad, algo que no se puede explicar con palabras.