El legado de los Urus

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Una vez al año, el pueblo de los Urus se reúne en torno a la fe y devoción en honor de la Virgen del Socavón, con el objetivo de mostrar al mundo su riqueza cultural, sus tradiciones, su folklore, el arte plasmado en hermosos trajes, en la música eterna que traspasa fronteras, en la danza que se convierte en ritual para llegar hasta los pies de su Madre.

Ese legado se pone de manifiesto en el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, que en condiciones normales, debía realizarse este sábado 13 de febrero, sin embargo, la emergencia sanitaria mundial impedirá que esta manifestación de simbiosis entre lo católico y lo pagano, tenga matices de nostalgia, recuerdos y sentimientos encontrados, que aniquilarán el alma de quienes lo tienen enraizado en la sangre.

Sin embargo, su valor histórico continuará vigente y se pondrá una vez más de manifiesto en el imaginario, y como alternativa, en las opciones que ofrece la tecnología.

Este encuentro de propios y extraños, porque no sólo los lugareños lo realizan, tiene como motivo central, la fe hacia la Virgen del Socavón, cuya devoción se cree, nació a fines de la década del 30 del siglo XVIII. A partir de ese momento, se origina esta cita, hoy ausente.

Son miles de danzarines, quienes mediante la danza, llegaron desde hace más de un siglo a los pies de la Virgen Morena, para pedir su bendición, agradecer por los favores y milagros recibidos.

Pero no sólo es la danza o la fe, es también el arte expresado en la vestimenta confeccionada por el talento de bordadores que, de generación en generación, queda plasmado para ser admirado por el ojo humano y retratado para su eternidad.

En este encuentro de fastos está también la música, cual melodías hipnóticas salen de los instrumentos de bronce para apoderarse de la ciudad y encantar al mortal y viva momentos de éxtasis indescriptible.

Así es el Carnaval de Oruro, cuya raigambre hace que resalte por su contexto, su magia, su historia, su tradición y la propia vida del orureño.