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José Peñaranda, destacado orureño que lleva la Diablada en el corazón - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Miercoles 10 de febrero de 2021

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José Peñaranda, destacado orureño que lleva la Diablada en el corazón

10 feb 2021

Fuente: LA PATRIA

"Muchas veces el reinventarte hace que tengas mejores ideas y que sean fuera de lo común, volver abuscar los medios en los cuales mantengas el contacto”

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José Peñaranda Villa Gómez, destacado orureño y amante de la Fraternidad Artística y Cultural La Diableada, estudió en el colegio La Salle y salió bachiller del Colegio Aniceto Arce en el año 1976. Posteriormente estudió administración de empresas en la Facultad de Ciencias Económicas y Financieras de la Universidad Técnica de Oruro, de por medio hubo golpes de estado y varios cierres de la universidad, pese a ello logró la finalización de su carrera.

Después de haber egresado como profesional ingresó a trabajar a la UTO, en la dirección administrativa y financiera, y años más tarde ingresó a trabajar en el campo de planificación de la Corporación de Desarrollo de Oruro, siendo el trabajo que le abrió los ojos para el desarrollo departamental, con trabajos como el plan regulador de la ciudad de Oruro, el tema de la Cuenca del lago Poopó, el parque industrial de Oruro, y en los primeros esbozos de lo que es la zona franca y el Puerto Seco que para esa época era una zona de almacenamiento general.

Se presentó la oportunidad de trabajar en la Cámara de Industrias, y en ese largo periodo había una transformación de las normas en los primeros esbozos de la ley 1333, del Medio Ambiente y su posterior postergación, estos cambios le dieron la oportunidad ir a Suecia para un curso de especialización en lo que se llamó eficiencia industrial y gestión ambiental para la industria boliviana en un proyecto que se llamaba PAIB.

También estuvo por Alemania, para realizar un curso de especialización propiamente en lo que era gestión ambiental, volviendo

ingresó como gerente de la Cámara Departamental de Industrias.

Peñaranda fue pate de la creación de la Marca “Hecho en Bolivia” que ha realzado el valor de muchos productos bolivianos, entre ellos los orureños Ferrari Jezzy, que es ampliamente reconocido y Molinos Triunfo, con los apis de su producto Miura.

Actualmente José Peñaranda es Gerente General de la Cámara Departamental de Industrias en Oruro y presidente de la Fraternidad Artística y Cultural La Diabalda, institución a la que pertenece hace más de cincuenta años.

Cuéntenos de sus viajes al exterior ¿Cómo ha influenciado en su vida y profesión, los estudios realizados en Suecia y Alemania?

Han sido dos experiencias distintas, una experiencia en la que en Suecia vivías bajo cero (ríe), nos tocó justamente la temporada de invierno y teníamos temperaturas realmente bajas, una salida del sol a las 11 de la mañana y no tener sol a las cuatro de la tarde, hacían que tu rutina sea muy distinta, salir 06:30 de la mañana al Real Instituto de Estocolmo, una de las instituciones de mayor prestigio en el mundo en ingeniería, y entrar a un campo de ingeniería química era volver a los tiempos de colegio en los cuales te enseñaban la tabla de química (ríe) de memoria había que saberlas, y era volver a tu época de colegio y volver a estudiar fórmulas químicas que nada que ver con tu profesión; o sea volver al colegio y volver a estudiar, reinventarte como se dice.

Influyó bastante porque comenzabas a decir esfuérzate, estudia y vas a ver que lo vas a lograr y cero que todos los que estábamos ahí que éramos ocho bolivianos nos esforzamos bastante, para poder primero nivelarnos y segundo para poder avanzar al ritmo que ellos avanzan, y tercero era traer lo mejor que podíamos lograr a Bolivia. Me voy al ritmo de trabajo que tenían, nosotros llegábamos al instituto a las siete menos cinco de la mañana, nos acomodábamos, terminábamos el cafecito ya era las siete de la mañana y nos decían hoy día vamos a avanzar esto. Ahí realmente es donde hemos aprendido investigación.

Alemania todo lo contrario, mi madre estudio en Alemania, mis hermanos por madre son alemanes-bolivianos y ella contaba del Alemania que conoció y la imaginación volaba, entonces yo decía tengo que conocer Marienkirche, que es una iglesia colonial muy hermosa, y fui a conocerla tal cual como mi madre me contó, o conocer el castillo de la ciudad de Wiesbaden.

Y otra experiencia totalmente distinta al pasar el curso, primero que era el único boliviano; una experiencia un poco más latinizada se podría decir, que en algunos momentos se hacían informales, pero con una puntualidad, si en Suecia eran puntuales, en Alemania son peor, no te perdonaban ni 30 segundos del final de la clase.

Aprendimos cosas que dábamos por sobre entendidos especialmente en las normas legales, ahí en Alemania nos enseñaron que la norma está escrita para que se cumpla, era lo primeo que nos enseñaban. El segundo aspecto era, en lo cual también incidimos bastante es en la elaboración de políticas empresariales, nos decían que lo primero que se tienen que hacer en una empresa es elaborar la política de la misma.

Cuéntenos de su anécdota al llegar a Oruro después de estudiar en Suecia

La travesura de Suecia (ríe), la cuestión es que terminamos el curso la primera semana de febrero, nos embarcan día viernes en la mañana, era un viaje bastante largo porque salías de Estocolmo, llegabas a Madrid, de Madrid a Buenos Aires, de Buenos Aires a Santa Cruz, de ahí a La Paz, o sea más de 24 horas de vuelo y eso significaba que llegábamos sábado a Oruro.

Con un amigo que fuimos que es Marcelo Bayá, dijimos: bailamos los dos en la Diablada y era el recorrido nocturno antes del último convite, y decidimos ir a bailar. Llegamos a La Paz, tomamos un vehículo, y nos fuimos al recorrido nocturno, claro que casi morimos porque nos faltó el aire de tal forma que terminamos tendidos en cama, o sea fue la locura del día.

Mi hija estaba en su segundo año de bailar en la Diablada y mi esposa le acompañó al recorrido, me miraba y me decía: “a que has venido, te está haciendo daño, estás bruto y pálido no pálido y bruto”. (Ríe).

¿Qué significa para usted la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, después de más de 50 años siendo parte de ella?

Prácticamente me he criado ahí, yo le digo mi tercera casa, porque he vivido con muchos grandes amigos… ahí ingresé a los nueve años a bailar y extrañamente entré a bailar de satanás en el bloque infantil y luego pasé a la fila roja a los 14 o 15 años.

Tuve la oportunidad de bailar con uno de mis catedráticos, y en la fraternidad te olvidabas de los títulos y otras cosas, es mucho más hermandad.

Tuve la oportunidad de bailar con gente, bastante interesante como Jorge Cárdenas, Juan Carlos Salazar, el ingeniero Salas, en el campo de la investigación folclórica Jorge Vargas que bailábamos en la misma fila.

Me tocó ser vicepresidente de un gran amigo que el Covid se lo ha llevado, Enrique Jiménez Pradera, tratando de llevar siempre por delante la institución, comenzamos con muchos proyectos y creo que los cumplimos. Por ejemplo la reconstrucción completa de la sede, una alianza estratégica que hasta hace un año atrás se llevaba a cabo con la Cervecería Boliviana Nacional, tratar de recuperar muchas cosas que se habían perdido como el condenado que desde 1946 había sido relegada totalmente de la Diablada, y la recuperamos con Frainico Santore el segundo sacerdote que bailaba en la Diablada, recuperamos la figura de jucumari, trabajamos en la figura de los siete pecados y las tentaciones. Son proyectos de recuperación que se hicieron en ese proyecto.

Ahora me toca ser el presidente pero en una situación bastante rara, pero como todo boliviano le encontramos la vuelta, por ejemplo el Día de la Candelaria, no podíamos faltar con una peregrinación motorizada y creo que nos salió muy bien y va a quedar en la historia.

¿Cuál es el recuerdo que tiene de sus compañeros de colegio?

Fue un cambio duro de La Salle al Arce, de un colegio privado a un colegio público, los primero años, todos me decían “jailonsito”, pero fue adaptarme rápidamente y tener compañeros de colegio que después fueron compañeros de vida, con muchos de ellos hasta el día de hoy seguimos en contacto, y seguimos tratándonos como si estuviéramos en colegio, casi todos han llegado a ser profesionales, otros se han metido a la política, era un curso muy especial porque muchos han llegado a ser generales de la república. Eso nos hace sentir satisfechos y ha sido mi segunda casa.

Mensaje para la ciudadanía orureña

Oruro está en un momento muy especial, y es el momento de renacer no de unas cenizas como el ave fénix, sino de un letardo en el cual nos hemos sumido en este tiempo, nos hemos sumido tanto que necesitamos renacer como el ave fénix que está en el escudo de nuestro departamento, un permanente repensarnos y reconstruirnos, no perdamos la esperanza y sigamos trabajando.

Fuente: LA PATRIA
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