Sobre las candidatas a elecciones

Sólo el 16 por ciento de los candidatos a las elecciones subnacionales son mujeres, y hace pocos días las militantes del Movimiento Al Socialismo, MAS, reclamaron que sus compañeros de fórmula no les permiten acceder a las candidaturas ni a puestos de relevancia, señalaron que quieren participar de manera más activa, pero no les dejan.

¿Será una falta de interés de las mujeres en participar o es que sus compañeros de partido o agrupación ciudadana que no les permiten, qué ocurre para que existan tan pocas candidaturas femeninas para puestos ejecutivos en las elecciones políticas?

Lo cierto es que no se hizo un análisis sobre el motivo por el que las mujeres no participan en ese tipo de acontecimientos, pero muchos entendidos han estudiado, no sólo en Bolivia, este fenómeno, y se llegó a la conclusión que no es por el desinterés de las féminas en la política o en los puestos de liderazgo, sino que es por lo que se conoce como techo de cristal.

Históricamente y por las características psicológicas y emocionales de las mujeres, ellas se hacen cargo del cuidado de la familia, de los niños, de los adultos o de los enfermos y raramente reciben la colaboración de sus pares masculinos, sean esposas, hijas, madres o hermanas, por lo que suelen postergar sus aspiraciones en otros ámbitos de la vida pública, constituyéndose en un obstáculo para alcanzar sus metas y ambiciones, por lo que si logran escalar tienen más dificultades para lograrlo.

Por otra parte, y esa es una realidad, continúa la desigualdad en los sueldos que perciben hombres y mujeres, por lo general ellas, haciendo el mismo trabajo y esfuerzo, con la misma responsabilidad ganan menos, ese hecho también se constituye en un obstáculo para el éxito femenino, y es otra razón por la que no buscan puestos ejecutivos.

Las féminas por lo general priorizan el ámbito familiar sobre la esfera pública, al menos si son madres, por lo que muchas sienten que no podrán con la responsabilidad en el trabajo y en la casa al mismo tiempo, por otra parte, existen jefes que al ver que una mujer tiene hijos desconfía de su capacidad para rendir el trabajo, y es otro de los motivos por el que no se permite a las mujeres subir a puestos ejecutivos.

Sea cual sea la razón por la que las candidaturas femeninas escasean en el país, la buena noticia es que estamos ante una era de cambios y muchas han comenzado a tomar conciencia, a empoderarse en cuanto a liderazgo y otros aspectos que las animan cada vez más a ocupar puestos de responsabilidad, por lo que no debe extrañar si en posteriores elecciones la participación femenina será más nutrida.