Nada llamativo en actual situación y perspectivas de nuestra minería

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En la coincidencia del tratamiento de la presente nota, su publicación en nuestro suplemento especializado y la real perspectiva del importante sector productivo de la minería y metalurgia nacional, no hay nada significativo que implique cambios sustanciales en el desarrollo de un proceso que se deja esperar mucho tiempo en su aprobación y futura ejecución, que abra una ruta de efectivo rendimiento.

Renovar proyecto minero

Los más conocidos expertos de la materia, varios técnicos nacionales, y se incluyen connotados ex dirigentes mineros y algunos en actual mandato de las bases, coinciden en señalar que “hay necesidad de intercambiar ideas, proponer soluciones y exigir una apropiada participación del Estado, para encarar un renovado proyecto minero metalúrgico que comience cuanto antes con cambios sustanciales en la estrategia sectorial”.

Algo más que buena suerte

Un profesional señaló, “la minería no es cuestión de buena suerte”, se trata de un complejo proceso que manejado por expertos, desde su prospección y exploración, con disponibilidad de datos elementales sobre la presencia de áreas mineralizadas, permitirá encarar fuertes inversiones, delinear tiempos de verificación de la capacidad de yacimientos y disponibilidad segura del financiamiento que fuese necesario para desarrollar un efectivo emprendimiento de minería productiva y rendidora. La capacidad de expertos profesionales, podrá avalar el sentido de trabajar en proyectos valederos, con alto costo de inversión, pero con seguro retorno productivo.

Es cuestión de seguridad

Este proceso que no es nada novedoso en los países vecinos se cumple con inusitado entusiasmo, dadas las condiciones favorables para la atracción de grandes capitales y moderna tecnología que permiten el crecimiento de las economías vecinas, cifradas en el presente y futuro de la actividad minera. Nuestro país con envidiable ubicación georeferencial para la actividad minera, necesita de normas legales de incentivo y seguridad, que abra las puertas a la gran inversión minera, única forma de competir con la vecindad sin dejar inactivos, ricos yacimientos mineros.

Participación compartida

La minería del tiempo actual, ya no permite el desarrollo de aislados proyectos, privados o estatales, en ambos casos se reconocen falencias, especialmente si la minería estatal no puede equiparar su producción con la privada, por las limitaciones en rubros de financiamiento y tecnología, hecho que retrasa el avance de importantes proyectos que podrían marchar de forma paralela, con la obtención de iguales y seguros beneficios compartidos.

Tomando ejemplo de lo que sucede en la vecindad, se observa que la complementación de intereses y esfuerzos de la minería estatal y del sector minero privado, se convierte en un amplio camino abierto, al crecimiento de la actividad minera y la perspectiva de su industrialización.

Ya es tiempo de establecer cambios radicales en la estructura de nuestra actividad minero metalúrgica. La riqueza minera debe ser explotada en función a los intereses del país. Estado y privados, incluyendo los cooperativistas tienen la obligación de trabajar conjuntamente, para compartir de igual manera responsabilidades y los beneficios de un nuevo proyecto que abra iguales posibilidades a inversionistas y productores.

El asunto es de dirección

Hay que esterilizar la minería (estatal) de la contaminación política y ponerla en el nivel competitivo con proyectos privados, los acuerdos deberán disponer condiciones favorables para las dos partes y de ese modo ampliar un panorama favorable a la economía nacional, pasando por la seguridad de compartir miles de empleos, pero sobre todo miles de ingresos para pensar en mayores beneficios y renovados proyectos. Esa es la cuestión.