No existe cultura de previsión

En Bolivia no existe una cultura de prever cualquier situación fortuita, el azar suele tomarnos por sorpresa, y lo curioso es que nos ocurre muy a menudo que cuando se presenta un desastre hablamos de planes de prevención, pero los olvidamos en poco tiempo y no hacemos nada hasta que se presenta nuevamente una emergencia.

Se vio hace poco en Sucre, la capital de Bolivia, cuando una fuerte granizada inundó la ciudad, llevándose consigo a vehículos y negocios, dejando a su paso preocupación, las alcantarillas se encontraban completamente tapadas y tuvieron que desatrancarlas por si las lluvias volvían a ocasionar los mismos estragos.

Se vio la misma escena hace unos años en La Paz, cuando por la misma causa, es decir, una fuerte granizada, una inundación arrastró motorizados y la vida de algunas personas, dañó estructuras, provocó tristeza y desolación, con tal motivo se creó un brazo operativo para atender emergencias de ese tipo, sin embargo ocurrieron otros desastres y se vio aún falta de previsión.

Es cierto que los fenómenos naturales no se pueden controlar, pero también es verdad que se podrían evitar muchas situaciones caóticas si se tomaran algunas previsiones como mantener las torrenteras limpias, mejorar el sistema de alcantarillado, evitar la basura en las calles y disminuir el uso de plásticos de un solo uso.

Entre las medidas de previsión se puede contar con el cuidado de la naturaleza, evitar que la basura se esparza por todas partes, reducir el consumo excesivo de recursos como el agua, la electricidad y otros, no desperdiciar alimentos, porque todo eso ocasionó la erosión y la contaminación de nuestro hábitat natural, poniendo en peligro a la Tierra.

Asimismo, se necesitan planes concretos de prevención en todos los sentidos para que no sorprendan los eventos que pudieran presentarse eventualmente, pues, como reza el dicho “el hombre precavido vale por dos” y se refiere a que se pueden ahorrar muchos dolores de cabeza en caso de tener planificadas las previsiones.

Una de las condiciones para lograr una cultura de previsión es la educación y la disciplina, por lo que desde temprana edad se debe enseñar a niños y adolescentes a prever situaciones que pudieran complicar la vida de una sociedad, lo ideal es comenzar esas lecciones en colegios y también en el hogar, mientras más pequeños aprendan a ser responsables y disciplinados mejor será su actuar cuando sean adultos.

La disciplina tiene tres condiciones, puntualidad, limpieza y orden, son valores que se deben enseñar desde pequeños, tanto en el hogar como en la escuela, se debe empezar con hábitos sencillos como enseñarles a hacer la cama, asearse con frecuencia, poner la mesa y lavar los platos, doblar y guardar la ropa, saludar al entrar en cualquier lugar, agradecer y pedir por favor, son algunos ejemplos.