Mamá no quiero ir a clases

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¿Te parece conocida esa expresión? Muchos de nosotros se lo hemos dicho a nuestra madre alguna vez, pues no teníamos ganas de ir a la escuela, justificábamos nuestro desánimo inventando una enfermedad, dolor y hasta fiebre. En algunos casos hay personas que se enferman de verdad y presentan los síntomas hasta que pasa el horario de clases, luego recuperan su buen semblante y ánimo para hacer algo más divertido.

Esa falta de ganas de estudiar se puede traducir en diferentes causas, puede ser que en la escuela exista alguna persona que nos cae mal, algún docente nos regaña, llama la atención por todo o nos califica con bajas notas, hay alguna materia que nos aburre o no entendemos la explicación del profe.

¿Y, cómo hacemos eso? En primer lugar, debemos identificar qué es lo que nos molesta de la escuela, ¿por qué no queremos ir?

Si se trata de algún compañero que no nos cae bien, pregúntate ¿qué me molesta de esa persona? Los seres humanos somos espejo de nuestros semejantes y otros son nuestros espejos, si hay algo que me molesta de una persona lo que tengo que hacer es cambiarlo en mí. Si me molesta que alguien sea lento puede ser que yo lo sea y me impaciento con los demás porque es algo que no he solucionado en mí. Debo aprender a ser empática y no desesperarme de que otros no vayan a mi ritmo, cada quien tiene su modo y su tiempo para hacer las cosas.

En caso de que algo haya salido mal en la mañana, no debe determinar que todo mi día se arruine, si derramé la leche por apurada no quiere decir que todo me saldrá mal y que soy una tonta y que todo me sale mal, pero a veces es así como pensamos y dejamos que un incidente, por insignificante que sea, nos haga pensar que todo el día será malo, debemos entender que se trató de una experiencia aislada y que si cambio de actitud, el resto del día será bueno.

Si no entendemos la explicación o nos aburre una materia, puede ser que en realidad no me haya alimentado bien y no puedo concentrarme por falta de energía. Es importante dormir temprano, crear el ambiente para descansar bien, libre de ruidos y sobre todo de luz; en la mañana desayunar bien garantizará que tengamos la energía suficiente y podamos prestar atención a la explicación de manera que entendamos todo.

(*) Coach certificada en Coaching Femenino, Ontológico, Bienestar Emocional y Liderazgo Femenino. Lic. en Comunicación y Periodismo.